anillos de crecimiento, de la diferencia de coloración entre duramen y albura, del recorrido de
las fibras, de los radios medulares y de las sustancias contenidas en las células. Los colores
pueden ir del blanco (guatambú) al negro (guayubira); abundando los amarillos (grapia, pinos)
y pardos (laureles); escaseando los rojizos (cedro, eucaliptos); y, aún más, los grises y verdo-
sos (tarumá, lapacho negro).
Según el modo de hallarse distribuidos, dispuestos y orientados los elementos leñosos se di-
ferencian distintos tipos de diseños: veteado (peteribí), jaspeado (grevillea), elíptico (paraíso).
El brillo natural de la madera aparece sobre todo cuando la luz se refleja en la superficie de
los espejuelos de los radios medulares.
c. El sabor no es una característica muy habitual en las maderas y está, estrechamente, vincu-
lado al olor pues se supone que las sustancias responsables de ambos son las mismas.
2. Propiedades físico-mecánicas, térmicas, eléctricas y acústicas:
Estas propiedades están muy relacionadas con la estructura molecular y celular de la madera
y expresan la capacidad de la misma ante situaciones externas relacionadas con la humedad,
temperatura, ruido, cargas, esfuerzos y otras.
Las más destacadas son la Higroscopicidad, Retractibilidad, Densidad, Homogeneidad, Plas-
ticidad, Resistencia, Dureza, Hendibilidad, Durabilidad, Conductibilidad y Porosidad.
a. La madera es un material higroscópico y absorbe y elimina humedad de acuerdo con el am-
biente en que se encuentra. Estas variaciones de contenido de agua llevan aparejadas la va-
riación tanto en peso como en volumen de la madera. El hinchamiento se relaciona con la
absorción de agua y la contracción o retractibilidad con la eliminación del líquido; es mayor
en maderas blandas (álamos, pinos), y menor en maderas duras (lapacho, incienso).
b. La densidad de las maderas es una característica física importante, en la que se distingue
la densidad absoluta que es constante por tratarse del peso sin las cavidades o poros de la
celulosa y sus derivados, y la densidad aparente que tiene en cuenta los vasos y poros de la
materias
b. El olor al igual que el color, es una destacada
característica organoléptica que permite diferen-
ciar los distintos tipos de madera. La madera re-
cién cortada tiene olor fuerte como, también, la
almacenada que se va produciendo por la eva-
poración lenta de los aceites, resinas y esencias
contenidas en la madera. Normalmente, el buen
olor indica madera sana y el olor desagradable
síntoma de alteración.
Hay maderas de exquisito olor como el Incienso, así como también algunas de olor muy des-
agradable como el Laurel Negro que limita sensiblemente su uso. En el caso del Timbó genera
un olor picante al cortarlo por la liberación de toxinas que obligan, necesariamente, el uso de
protectores nasales.
13