Ariel Gonzalez ( ca-chorrito de escritor )
Melódica venga
Esa noche cruzo el charco huyendo , buscando un lugar donde olvidar y empezar una nueva vida , el barco iba alejándose de la orilla , lentamente la imagen de la ciudad fue evaporándose en su retina y una lagrima rodo por la mejilla , sintió desconcierto y recelo al ver brillar aquella luna que tantas veces fue compañera y consejera en su pasado inconcluso , tal vez buscando algún culpable a este exilio . Sintió melancolía y se acomodó en el asiento cerro los ojos tratando de conciliar el sueño pero las polaroid de los sucesos de aquella noche empezaron a dispararse una tras otra , intento en vano no perderse en los laberintos más oscuros de los pensamientos , aunque sabía que era una batalla perdida . Suspiro con resignación tratando de ordenar su cabeza , con la esperanza que el tiempo cicatrizaría las heridas , intento convencerse buscando el optimismo en su desdicha . Como cada viernes el Malandra Sosita salió de la pensión engominado y empilchado como un bacan , pateo por la calles empedradas de San Telmo hasta la vieja milonga , al llegar al lugar saludo con un gesto hosco y pidió lo de siempre , se sentó en un taburete de la barra , al fin un poco de relax para este día de mierda pensó , mientras jugaba con los hielos de un whisky , se dio vuelta para poder ver en acción a la orquesta y en la pista en medio de ese mar de abrazos que danzanban estaba ella , esa hermosa morocha enfundada en un ajustadísimo vestido rojo , bailando sensualmente al ritmo del 2 x 4 a pesar de su torpe compañero . Hacia varias semanas que él estaba seducido por la belleza de sus movimientos que irradiaban sexualidad , la deseaba , pero sabía que ni en el más valiente de sus sueños él se animaría hablarle , así que volvió a sumergirse en ese triste trago , otra noche planchado por su cobardía . La orquesta había terminado la tanda de temas , ella se despidió de su ocasional compañero y se acercó a la barra hasta donde se encontraba el Malandra Sosita ( apodo que se había ganado en la jaula ), rompiendo con los tabúes más ortodoxos del tango lo cabeceo invitándolo a la pista , el dubitativo apuro el trago para darse coraje , ella lo agarro de la mano y lo llevo al medio de salón , él puso su brazo sobre su cintura de forma suave pero firme , ella le dijo al oído -El hombre conduce y la mujer seduce .
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