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LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER
Ocupada Berlín por los rusos, Himmler era el primero en la lista de los Nazis
prófugos más requeridos, fue intensamente buscado por los aliados. Himmler
cambió su apariencia afeitándose su característico bigote, se rasuró la cabeza,
se puso un parche negro en un ojo e intentó hacerse pasar por un gendarme
de la policía militar dirigiéndose a Baviera. Logró atravesar Alemania junto a
sus hombres de confianza (Rudolf Branat, Karl Gebnardt, Werner Grothmann y
Heinz Macher) en su vehículo hasta Bremervorde. Sin embargo fueron
capturados por una unidad británica en Brandeburgo, cerca al puerto de
Bremen, y Himmler se hizo pasar por Heinrich Hitzinger, un Sargento ejecutado
tiempo atrás por derrotismo, este pertenecía a la Beheime Feldpolizei y los
miembros de esta organización eran muy buscados en ese momento, e
identificarse como un miembro de esta fue un error por parte de Himmler.
Fue llevado a un cuartel de interrogación, pero hasta ese momento Himmler no
había sido reconocido como tal. Despertó sospechas por lo ordenado de sus
papeles de identidad, y su prestancia, cosa que no era común al capturar
soldados fugitivos. Thomas Sylvester, oficial británico a cargo de los
interrogatorios lo apartó para interrogarlo concienzudamente y esto puso
incomodo a Himmler. Finalmente se sacó el parche del ojo izquierdo y se
colocó sus característicos lentes redondos identificándose con su verdadero
nombre y solicitó hablar con el General Eisenhower o Montgomery.
Sylvester telefoneó al cuartel británico en Luneburgo y se le instruyo que se le
revisara de inmediato en prevención a que cometiera de algún modo suicidio;
de hecho en el mismo lugar, dos días antes el Coronel de las SS Hans Adolf
Prutzmann se había suicidado por envenamiento con capsulas de cianuro. Una
inspección en búsqueda de capsulas dio como resultado de un par de capsulas
metálicas, una conteniendo una ampolla de vidrio con cianuro y la otra vacía.
Ante ese hecho, los soldados británicos lo trasladaron apresuradamente a una
casa confiscada en Luneburgo, lo maltrataron física y verbalmente durante el
traslado y le ordenaron que se desvistiera para revisarlo. Al inspeccionarlo a
cuerpo desnudo, un doctor le hizo abrir la boca, vio algo extraño entre sus
molares e introdujo su mano en la boca de Himmler intentando extraerle el
objeto. Ante este hecho, impactante para Himmler, pues no sentía que era la
forma adecuada de tratar a un ex ministro y Reichsfuhrer de las SS, mordió la
mano del doctor, quebrando una capsula de cianuro que guardaba entre los
dientes.
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