LA LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER La Latinoamerica del Fuhrer PDF | Page 53

LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER Estos no tenían nada que ver con Auschwitz, no había trabajo forzoso para hacer, los detenidos debían buscar cualquier cosa que hacer para escabullirse de la monotonía. No obstante, los pocos sobrevivientes o sus descendientes recuerdan al Hotel Sabaneta como una experiencia desagradable. Los habitantes del hotel solo tenían derecho a recibir visitas de familiares y amigo jueves y domingos. Algunos alemanes tuvieron la suerte de hospedarse en las seis casas que además del complejo principal conformaban las instalaciones del hotel. Estas se reservaron para los primeros en presentarse, especialmente si venían acompañados de esposas e hijos. Sin embargo, en varios casos por falta de espacio se llegó a que los retenidos tuvieran que compartir habitación con algún compatriota que no necesariamente era de su familia. Las habitaciones eran básicas y estaban dotadas de camas, un armario, una mesa de noche y un pequeño escritorio. La cocina, el comedor, la piscina y los jardines eran comunales. La gran mayoría de los huéspedes eran de origen alemán, pero a estos se le sumaron algunos japoneses. Con los ‘japs’, como los llamaban algunos alemanes, mantenían una relación formal y de respeto, pero no de amistad. Todos los habitantes de Sabaneta debieron pagar su estadía en el “campo de concentración”. Mediante un decreto de 1942 se conformó el Fondo de Estabilización Nacional, encargado de administrar las propiedades de los ciudadanos del Eje establecidos en Colombia, de cuyo producido se financiaba el sostenimiento de Sabaneta. Una vez terminada la guerra y tras dos años de funcionamiento del Hotel Sabaneta, todos los individuos que algún momento fueron sospechosos de colaborar con países enemigos de Estados Unidos quedaron en libertad. Los que contaban con bienes que hicieron parte del fondo recibieron una indemnización que consideraron insignificante. A pesar de esa extraña experiencia la mayoría decidió quedarse en Colombia a regresar a una Europa destruida. Con el tiempo el pequeño Herbert se dio cuenta de que él haría parte de los campos de concentración junto a su familia. 45