LA LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER La Latinoamerica del Fuhrer PDF | Page 144

ANDREA V. VICTORIA CANO Los atlantes blancos, se dirigían a la ciudad de K’Taagar o Agartha, refugio de los dioses liberadores, donde permanecen hoy aguardando la llegada de los últimos combatientes hiperbóreos. Esta ciudad fue construida hace millones de años en los días en que los dioses llegaron a este universo desde el portal de venus. En todo el relato de Belicena Villca, hallamos siempre enfrentados a los dioses hiperbóreos de Agartha frente a la fraternidad blanca de Chang Shambala, servidores del plan ‘evolutivo’ del demiurgo, donde se nos explica de dos puntos antagónicos: -El pacto de sangre del imperador universal. -El pacto cultural del mesías hebreo. Por el primero, los descendientes de los atlantes blancos se ligan en espíritu a los dioses liberadores. El segundo pacto impone la esclavitud al mundo material y la sumisión y adoración religiosa a Jehová, el creador del mundo material. Según este pacto cultural, en la adoración a Jehová, se obtendrá de él la suerte y el favor, pues él es el soberano de este mundo. Al igual que en los rituales vudú, según detalla la biblia judía, Jehová exige a sus adoradores el degüello de victimas para ser ofrendadas en holocaustos: -“Y Noé empezó a edificar un altar a Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y a ofrecer ofrendas quemadas sobre el altar. Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso. (Génesis 8,20). ¿Esto es Jehová? ¿Un ser que encuentra descanso y sosiego en el degüello de seres vivos? ¿Un ser que gusta de oler la carne quemada y la sangre de seres vivos en su altar? Los dioses liberadores habitan en la sangre divina de los descendientes atlantes blancos. Todo esto con el fin de hacer resurgir al dios que está en nuestro interior, al dios que es uno mismo, el único que tiene entidad real en sí mismo. Frente a la necesidad de recrear la pureza original, la misión de los atlantes morenos, servidores de Jehová, es destruir la pureza racial de los hiperbóreos, para neutralizar el pacto de sangre e impedir la liberación del espíritu de la