LA LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER La Latinoamerica del Fuhrer PDF | Seite 11
LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER
CAPITULO I
Los presidentes Anti Comunistas, Fascistas y Nacionalsocialistas
de Colombia.
La esclavitud es un vicio de la humanidad que ha existido siempre. Hoy el
marxismo representa la apoteosis de la esclavitud.
El comunismo suprime la propiedad privada, monopoliza el comercio, no
permite a ciudadanos postularse para cargos públicos y no respeta ni la libertad
individual ni los derechos humanos.
La democracia nacionalista estima que la propiedad privada es un hecho
natural, establece la libre empresa, garantiza la libertad de pensamiento y
educación; y permite y promueve a que el hombre se autogestione.
Cuando el progreso del ser humano es notorio, cuanto tanto en su interior y
exterior viven en plenitud (íntegros en valores, ejercitadores de su mente y
espíritu), hemos impartido la imagen de un hombre que ama y que moriría por
su patria, porque su patria le ha dado todo.
Si vemos la cara de un hombre comunista es burda, dignas características de
las clases bajas, es ignorante y es feliz de serlo y su lema es: poco es mejor
que nada. Ese es el pensamiento mediocre que encadena y esclaviza al
espíritu, ya que vivirá esclavizado a la materia y en su lucha continua por
conseguirla, pues no ha habido otro aspecto en su vida a la que alimente
positivamente y evolucione en el proceso, devolviéndole paulatinamente al
homínido. Sus mujeres olvidan realmente el significado de ser madres y traen
hijos al mundo para sumirlos en la misma ignorancia y mediocridad, delegando
la crianza a cualquier pantalla electrónica que pueda existir en sus hogares, la
cantidad de hijos por núcleo “familiar” es más prevaleciente que la calidad de
vida de los mismos, y el enfoque de familia se ve sustituido por una convivencia
sin sentido, sin orden, sin enfoque.
Sus hombres solo proyectados en cómo irse a vivir a otros países más
desarrollados, para producir más dinero (el tal nombrado sueño americano del
primer mundo), sin saber que serán solo marionetas de una superestructura
totalmente manejada por el demiurgo, en un sistema económico judaico, que
eternizará esa esclavitud. Pero el mínimo común no sabe nada de eso, el hacer
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