LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 384
Markus Zusak
La ladrona de libros
Una caja de herramientas, un delincuente, un oso de
peluche
Desde que el ejército había reclutado a su padre el pasado octubre, la rabia
de Rudy había ido en aumento de manera considerable y la noticia del regreso
de Hans Hubermann fue la gota que colmó el vaso. No se lo contó a Liesel. No
protestó ante lo que creía una injusticia, sino que prefirió actuar.
Se puso a arrastrar una caja metálica por Himmelstrasse a la típica hora
delictiva: el crepúsculo.
LA CAJA DE HERRAMIENTAS
DE RUDY
Tenía partes rojas y era del tamaño de una caja de zapatos muy
grande. Contenía lo siguiente:
Navaja oxidada x 1
Linterna pequeña x 1
Martillo x 2
(uno pequeño y uno mediano)
Toalla de manos x 1
Destornillador x 3
(varios tamaños)
Pasamontañas x 1
Calzoncillos limpios x 1
Oso de peluche x 1
Liesel lo vio por la ventana de la cocina, con el mismo paso decidido y
expresión entregada que el día que salió en busca de su padre. Agarraba el asa
con todas sus fuerzas y la rabia estrangulaba sus movimientos.
La ladrona de libros soltó la toalla que tenía en las manos y la sustituyó por
una sola idea.
Va a robar.
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