LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 213

Markus Zusak La ladrona de libros Le desilusionó un poco que el alcalde no estuviera. No había ningún coche aparcado junto al bordillo, lo que tal vez fuera una suerte. Si hubiera estado allí, a saber qué podría haberle hecho al pobre vehículo en ese combate de ricos contra pobres. Subió los escalones de dos en dos, se acercó a la puerta y la golpeó con tanta fuerza que incluso se hizo daño, aunque disfrutó con las punzadas de dolor. Como es lógico, la mujer del alcalde se quedó estupefacta al volver a verla. Llevaba el suave y sedoso cabello un poco húmedo y las arrugas se ensancharon al percatarse de la marcada cólera sobre el normalmente pálido rostro de Liesel. Abrió la boca, pero no salió nada, lo que le vino muy a mano, ya que era Liesel quien tenía la palabra. —¿Cree que puede comprarme con este libro? —La voz, aunque temblorosa, saltó al cuello de la mujer. La fulgurante rabia era pastosa y desconcertante, pero consiguió dominarla; sin embargo, la ira siguió acumulándose hasta tal punto que tuvo que secarse las lágrimas de los ojos—. ¿Cree que dándome este Saukerl de libro se arreglará todo cuando vaya a decirle a mí madre que acabamos de perder a nuestro último cliente mientras usted se queda aquí sentada en su mansión? Los brazos de la mujer del alcalde. Colgaban. Su rostro resbaló. Sin embargo, Liesel no se achicó. Disparó las palabras a los ojos. —Su marido y usted, aquí sentaditos los dos. Lo dijo con rencor; un rencor y una mala intención de los que no se creía capaz. Palabras hirientes. Sí, palabras crueles. Las invocó desde algún lugar que acababa de descubrir y las arrojó a Ilsa Hermann. —Ya es hora de que se ponga a hacer su propia y apestosa colada —le aclaró—. Ya es hora de que se enfrente al hecho de que su hijo está muerto. ¡Se murió! ¡Lo estrangularon y lo hicieron picadillo hace más de veinte años! ¿O murió de frío? ¡Da igual, está muerto! Está muerto y es patético que se quede ahí sentada, temblando dentro de casa para sufrir por ello. ¿Cree que es la única que sufre? De inmediato. Su hermano apareció a su lado. 213