Abuelo de Fede Dryzun
Samuel Kupferberg, abuelo de Ezequiel Kupferberg (Echi)
RECUERDO QUE MI ABUELO, EL TATARABUELO DE FEDE
CON LO UNICO QUE LLEGO AL PAIS FUE CON SU TORA, UN
CANDELABRO ENORME Y COMO HABIA UNA CANTIDAD DE
GENTE DE LA COLECTIVIDAD QUE NO TENIA DONDE IR PARA
LAS FESTIVIDADES DECIDIO CON UN AMIGO RELIGIOSO ALQUILAR EL CINE TEATRO MITRE EN VILLA CRESPO SOBRE
CALLE CORRIENTES Y CONVERTIRLO EN TEMPLO OFICIANDO EL Y SU AMIGO TODAS LAS CEREMONIAS DE ROSHANA Y
IOM KIPPUR Y RECUERDO QUE CONVOCABAN MUCHA GENTE CALCULO QUE FUE APROXIMADAMENTE POR LOS ANOS
1954 Y LO HICIERON VARIAS VECES. LUEGO DE VARIOS ANOS
LA TORA FUE DONADA AL TEMPLO DEL COLEGIO BIALIK DE
CALLE AGUIRRE Y ACTUALMENTE ESA TORA ESTA EN IONA
Y EL CANDELABRO FUE DONADO AL TEMPLO DEL COLEGIO
WOLFHSON AL QUE CONCURRIA COMO ALUMNA LA MAMA
DE FEDERICO, SI BIEN PASARON MUCHOS ANOS ESTOS RECUERDOS ESTAN SIEMPRE PRESENTES EN MI MEMORIA Y
TRATO DE TRANSMITIRLOS A MIS NIETOS PARA QUE CONOZCAN MAS DE SU HISTORIA FAMILIAR.
Recuerdos de mi infancia y adolescencia con la tradición no alcanzaría
una página para hablar de los sidurim, majzorim, jumashim o guemarot o
mishnaiot. Quiero narrarles los hechos centrales que forjaron a fuego mi
fuerte identidad judía.
Relato de nuestros abuelos
Relato de nuestros abuelos
Pag. 8
La primera son los sedarim de Pesaj en casa de mi Zeide con más de treinta familiares y algunos invitados, allí narrábamos las hagadot de Pesaj,
como vivenciándolas, tanto la primera parte como la segunda, haciendo
esperar a los comensales más de una hora antes de la cena, teniendo una
Hagadá de más de cien años toda revestida en papel madera y con manchas de vino en todas las páginas, una verdadera fiesta. Hasta hoy conservo ese hermoso ejemplar de Hagadá y me encanta volver a repetir todos
los años, con algunos cambios de melodías, pero con el mismo espíritu
festivo de libertad.
La segunda; la suká que construíamos todos los años en casa de mi Zeide,
comenzando después de la cena de motzei Iom Kipur, y preparándonos
a embellecer con todos los adornos inimaginables para mostrarles a toda
la judería del barrio del Once que concurrían durante los 8 días de Sukot
para hacer la Berajá de “Ieshev va Suká”, inolvidable en pleno Sarmiento,
entre Paso y Valentín Gómez. En el patio de la planta baja construíamos
todos los años y nos divertíamos muchísimo, porque hasta dormíamos en
la Suká.
Pag. 9