La derrota sufrida por la administración Kennedy en el intento de invadir Cuba, utilizando un desembarco de disidentes entrenados por la CIA por Bahía de Cochinos. La respuesta militar desencadenada por Cuba bajo la dirección de Fidel Castro derrotó la invasión en menos de 72 horas.
Como respuesta al fracaso de Bahía de Cochinos, Estados Unidos puso en marcha la Operación Mangosta. Ésta constituía, entre otras cosas, un plan secreto de invasión militar a Cuba, pero ahora de manera directa utilizando el ejército estadounidense. Se planeaba iniciar el conflicto mediante una operación de falsa bandera al estilo del USS Maine que tuviera lugar en la Base Naval de Guantánamo o en las aguas jurisdiccionales de Cuba.
El líder soviético Nikita Jrushchov aprovechó la coyuntura para proponer a La Habana la instalación en Cuba del Misil balístico de alcance medio R-12 como medida disuasiva contra los planes del gobierno estadounidense. Fidel Castro entra en desacuerdo y le dice que con ese propósito, es preferible un acuerdo militar entre Cuba y la URSS. En dicho tratado se establecería que una invasión a Cuba sería equivalente a un ataque directo a la Unión Soviética, pero Jrushchov no estuvo de acuerdo e insiste en que la instalación de los misiles no solo serviría para proteger a Cuba, sino también para aumentar la capacidad defensiva de todo el bloque socialista. El líder cubano acepta, pero sugiere que el traslado y la instalación de los cohetes se realicen de forma pública. Sin embargo, los soviéticos se niegan a hacerlo antes de que los cohetes queden totalmente operativos.
Los servicios de Inteligencia de la Unión Soviética detectan el plan de invasión militar inminente y notifican a Cuba.
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