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La creación de un nuevo agente bioquímico

El uso ofensivo de organismos vivientes como el Bacillus anthracis, agente responsable del carbunco) es generalmente caracterizado como arma biológica, más que como arma química; los productos tóxicos producidos por organismos vivos como la toxina botulínica, ricina o saxitoxina son considerados armas químicas. Según la Convención sobre Armas Químicas de 1993, se considera arma química a cualquier sustancia química tóxica, sin importar su origen, con la excepción de que sean utilizados con propósitos permitidos.

Las armas químicas están clasificadas como armas de destrucción masiva por las Organización de las Naciones Unidas y su producción y almacenamiento está proscrita por la ya mencionada convención de 1993.

Las armas químicas utilizan las propiedades tóxicas de sustancias químicas para matar, herir o incapacitar.

El armamento químico se diferencia de las armas convencionales o armas nucleares porque sus efectos destructivos no se deben principalmente a una fuerza explosiva.

Aproximadamente 70 productos químicos diferentes han sido utilizados o almacenados como agentes de armas químicas durante el siglo XX. Según la Convención, las sustancias que son suficientemente tóxicas como para ser usadas como armas químicas están divididas en tres grupos según su objetivo y tratamiento:

Grupo 1 – No tienen prácticamente ningún uso legítimo.

Grupo 2 - Estas sustancias no cuentan con usos industriales a gran escala, pero pueden aplicarse con efectos considerables a pequeña escala.

Grupo 3 – Sustancia que tienen usos industriales importantes a gran escala.

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