Me siento extraño , como que todavía no tomo conciencia de que alcancé el objetivo , tengo una mezcla de sensaciones que en este momento son difíciles de explicar . Para mi recibirme es un gran logro , vengo de una familia de clase trabajadora . Crecí escuchando que estudiar era la salida , mi padre no paraba de repetirlo , a pesar de que él no pudo terminar ni siquiera la escuela primaria , debido a que desde muy chico tuvo que trabajar . Mi padre estaba convencido de esta idea y me la dejó grabada . Recuerdo que a pesar de no ganar tanto , compraba enciclopedias en cuotas . Mi viejo no era un lector de libros , solo el diario Crónica algunos días específicos , creo que llegar a esta instancia se lo debo también a él .
Encontrar mi vocación fue siempre un problema para mí , admiro a las personas que ya tienen decidido qué hacer desde chicos , que reconocen su pasión , eso a mi no me ocurrió en ese momento . Pertenezco a una generación de adolescentes que crecimos en pleno menemismo , en un contexto de total vaciamiento de la educación pública , empujados a salir a trabajar para ayudar en sus casas luego de terminar el secundario , los que tuvimos la suerte de poder llegar a terminarlo . Siento que no tenía intereses y pienso que no tener intereses es lo peor que le puede pasar a una persona , sentirse vacío .
Luego de terminar el secundario , conseguí trabajo como operario en una fábrica de camperas , donde trabajé más de 12 años ; aprendí a levantarme temprano , me acostumbré a morirme de frío en invierno y de calor en verano , a ganar poco , a que el dinero no me alcance , sentí la explotación en carne propia , pude ver como el dueño de la fábrica vendía por cien una campera que le había costado uno . Un trabajo por demás precarizado , vacío y repetitivo . Increíblemente , en el contexto de ese lugar oscuro , encontré a los mejores compañeros , lo mejor de esa fábrica eran mis compañeros . Produjimos una unión tan grande que disfrutábamos de estar juntos a pesar de todo lo malo que pasaba , éramos uno y a la vez éramos todos . Sin ninguna construcción sindical , pudimos empezar a ganar derechos , como hacer que se efectivicen a los compañeros que se encontraban en “ negro ”; el pago de horas extras en tiempo y forma y el pago del aguinaldo en tiempo y en una sola cuota , - hasta el momento se cobraba en cuotas y en las que decidía el dueño de la fabrica- . En ese lugar vi también cómo la gente se conformaba , cómo las personas creían que no tenían otra cosa , que ese lugar era para ellos . Yo siempre tuve claro que ese lugar no era mi lugar . De un día para el otro , dejé de ir , renuncié sin decirle a nadie , sin contarle a mis compañeros ; dos años después , el dueño cerró la fábrica de forma fraudulenta dejando a más de cien familias sin su sustento .