LA GACETA DEL ENRIQUETA Nº 7 | Page 11

MeQuedoenCasa El bullicio de nuestra vida ha sido sustituido por el eco del aplauso en medio de las calles vacías, el agradecimiento,  el reconocimiento, convoca… a las 8  el movimiento de las manos se llena de una lista interminable de personas que cada día se hace más larga. Hemos dejado de reconocer el éxito para reconcer el servicio. El evangelio se encarna en nuestros balcones sintiéndonos paradójicamente más cerca que nunca. El final de cada día a pesar de que los datos no acompañan, sabe a esperanza. Todos nos hemos hecho voluntarios. En estos días recuerdo especialmente qué haría, qué diría San Damián de Molokai, él que te toco vivir el confinamiento de por vida, el que supo estar al servicio de los enfermos hasta las últimas consecuencias. Creo que estaría contento porque Molokai puede ser hoy cualquiera de nuestros hogares, no por la desgracia de la enfermedad sino por la magia del encuentro. Damián creo que nos invitaría a rebuscar la extraña felicidad que quizás este tiempo tan incierto nos está regalando y nos recordaría donde está la fuente que nos da la verdadera VIDA. Este artículo podría haber sido como en otras ocasiones un testimonio de lo que hacen los alumnos del grupo de Molokai, lo cual siempre nos ayuda. Pero en este número nos toca recordar, que la lista del grupo Molokai, se ha hecho interminable, ha roto los esquemas de  nuestras listas de Excel, porque TODOS SOMOS VOLUNTARIOS. María García Olloqui, SS.CC 10