LA GACETA DEL ENRIQUETA Nº 7 | Page 10

Molokai Especial #Yo Todos somos voluntarios Este trimestre empezamos fuerte con el voluntariado organizando la fiesta de Reyes de Karibu en la que un año más clasificamos, ordenamos , limpiamos la cara, contamos las piezas de cada puzle y fuimos colaboradores de sus majestades los reyes magos para repartir ilusión a cientos de niños. También participamos en el comedor social regalando una sonrisa y un desayuno caliente a aquellos que sufren la desdicha de la intemperie. Sin embargo cuando otras muchas actividades estaban previstas, taller de cocina de Karibu, madres solteras…. Todo el ritmo normal se ha truncado. El voluntariado ha pasado de ser una actividad a empezar a convertirse en nuestro día  a día. Nunca la solidaridad, la vulnerabilidad, el agradecimiento, el cuidado, la esperanza… han tenido tanto volumen. Quizás ahora aunque no hacemos   actividades estamos viviendo realmente lo que significa el espíritu de Molokai.   9 Nuestra vida de repente se ha hecho voluntariado porque comprendemos que no salir, que estar confinados es un gesto de solidaridad con los más vulnerables, por primera vez todos nos sentimos necesitados. Nuestra libertad, nuestra vida queda trastocada por un bien mayor que nos supera. Quizás en otras ocasiones lo que hacemos  en el voluntariado creemos que es un gesto de valentía, de renuncia o incluso de heroicidad porque damos generosamente nuestro tiempo a los demás, a los que no tienen. Ahora descubrimos que todos somos pobres y  ricos. Pobres porque descubrimos que necesitamos de los demás, que nuestra autosuficiencia se ha hecho añicos. Y ricos porque nuestra vida se convierte en pura reciprocidad, el que limpia, el que reparte, el que cura, el que aprende desde casa, el que da de comer, el que está, el que acompaña,  el que cultiva, el compra, el que vende, el que amasa, el que llama por teléfono… todos tenemos algo que aportar, todos somos valiosos, cada gesto cuenta. Quizás   ahora descubrimos que no  hemos valorado suficiente,  el regalo de cada nuevo amanecer. Puede ser que esto nos acerque a lo que  es el verdadero voluntariado: un   compartir donde no existen líneas entre ricos y pobres.