LA GACETA DEL ENRIQUETA Nº 7 | Page 5

MeQuedoenCasa CAMBIOS En nuestras vidas, día tras día, tenemos cambios. Cambios que muchas veces ni notamos, pero siempre los hay. Tan insignificantes la mayoría de las veces que no sabemos valorarlos. Y por ello, para que realmente nos paremos a hacerlo, se nos tienen que presentar cambios que nos saquen totalmente de la rutina, que nos dejen sin saber qué hacer, que nos hagan valorar hasta tomar una coca-cola en la terraza del bar de debajo de tu casa, o el abrazo de todas las mañanas con tu compañero de mesa para animarte porque empiezan las clases de mates. Cambios que nos saquen de la rutina. Que nos hagan echar de menos hasta respirar el aire fresco por la mañana cuando suena el timbre para entrar en clase o el ver a nuestros compañeros de siempre con las ojeras de cada lunes y la sonrisa de cada viernes. Echar de menos salir a la calle a sacar a tu perro y ver los parques llenos de niños mientras escuchas como uno de ellos llora porque se ha caído del columpio. Que antes nos enfadábamos por ver quién sacaba la basura y ahora nos matamos por hacerlo. Que ahora nos lavamos las manos cien veces mínimo al día y escuchamos que no nos podemos tocar la cara, pero solo nos la tocamos más. Que todos los días a las 20:00 salimos a aplaudir a los balcones por los que antes veíamos como iguales y ahora les llamamos héroes, porque lo son. Que echamos de menos hasta abrir la puerta de casa sin guantes y sin mascarilla porque a saber lo que puede pasar. Y porque antes unas partidas a la Play en tu casa salvaban un mundo virtual y ahora lo hacen con uno mucho más real. Quedar por videollamadas, todo el día en chándal, clases virtuales hablando todos a la vez, mirara por la ventana y ver que el vecino de enfrente también lo está haciendo. Comer hasta reventar. Hacer ejercicio en el salón de tu casa. Enviarnos mensaje diciendo lo mucho que nos hace falta vernos. Ver que cada día es una persona más y una menos y que cada día es uno más o también uno menos, dependiendo del momento. Que ahora la oficina es el salón, que nos asusta hasta tener tos, que hemos convertido sala de espectáculo en hospitales y pasillos de hospitales en cama. Ahora nos enfadamos más con mamá y nos peleamos a gritos por el ordenador. Que ya hasta recogemos la habitación porque nos aburrimos. Y luego ya volvemos a comer, y a volver echar de menos, mucho de menos. En el fondo solo son cambios, más grandes, pero solo cambios. No todo es malo, ahora valoramos. Laura Jiménez Gómez, 4º ESO 4