Norberto Ceresole
Otro periódico israelí, Haaretz, recoge la queja de Danny Carmon, que había sido Cónsul de Israel en Buenos Aires en los tiempos de la explosión, y cuya mujer murió en el atentado. Danny Carmon sostiene que el Shin Beth no ha investigado lo suficiente después del atentado, y que esa organización es contraria a conformar una comisión especial para continuar la investigación. Carmon, que en la actualidad es el jefe de la división de informaciones del ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, encuentra que hubo " negligencia " por parte del Shin Beth, en relación con la investigación de la implosión de la Embajada. Asimismo, luego de cerrada la investigación, muchas otras personas encontraron que la misma había sido " superficial, examinando sólo los aspectos técnicos del ataque ". Incluso esa explosión, se admite, pudo haber sido accidental, originándose a partir del material militar israelí almacenado dentro del edificio. Jacob Perry rechaza toda responsabilidad en el atentado, a pesar de haber estado reunido en la Embajada de Israel en Buenos Aires, junto con Isaac Levi-responsable del departamento de seguridad del Shin Beth- y David Margalit-responsable del área suramericana del Shin Beth. Esa reunión de responsables de seguridad había comenzado pocos días antes de haberse producido la implosión. " De acuerdo con una de las personas que participó en esa reunión, Perry sostuvo en la misma que en el área suramericana( a cargo del Shin Beth) no existía ningún objetivo terrorista( ningún blanco para los‘ islamistas’)"( Fuente: Haaretz, 29 de diciembre de 1997).
La negativa del Shin Beth en proseguir con la investigación coincide, con toda exactitud, con las quejas posteriores del ministro del Interior argentino, el judío Carlos Corach, quien admite que no existe información fehaciente, sino sólo " circunstancial ", sobre la participación de Irán y de Hezbollah en los atentados. " Nosotros tuvimos contactos oficiales con el Mossad y con la policía de Israel. De la información que nos han proporcionado no se puede extraer evidencia alguna sobre la existencia de una conexión de Irán y de Hezbollah. También hemos pedido ayuda a la CIA, y ellos, también, han contribuido muy poco "( Fuente; Haaretz, 6 de enero de 1998).
Una conclusión lícita y lógica que el analista puede extraer ante esta situación, es que ninguna organización va a dar informaciones sobre hechos en los cuales ella misma está implicada, por acción, omisión, o como simple protectora de los actores reales.
Cuando la investigación sobre el asesinato de Rabin descubre la magnitud de la conspiración fundamentalista y la profundidad de las conexiones de ese terrorismo religioso con el principal servicio de informaciones del país( 16), en ese momento en Israel todas las personas con capacidad para pensar por cuenta propia relacionaron-en tiempo y espacio- toda la secuencia de los hechos, algunos de los cuales nosotros ya hemos expuesto en esta cronología.
El proceso
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