La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 171
Norberto Ceresole
última de la antigua y poderosa cultura política de la España Musulmana,
Navarra y Vizcaya, Galicia y Valencia, entre otros fueros no totalmente
homogeneizados.
Respecto al Reino de Granada hay que destacar la voluntad integradora
prevaleciente en la Gran España de 1492. "La minoría musulmana fue
incrementada con la conquista del reino de Granada con todos los vencidos que
no quisieron emigrar. La capitulación otorgada a los granadinos era muy
generosa: podían seguir practicando libre y públicamente su religión, como
también sus costumbres tradicionales, y el primer arzobispo de Granada, fray
Hernando de Talavera, confesor y hombre de confianza de la reina Isabel, puso
en práctica un programa de atracción y de evangelización por métodos suaves.
Estimaba muy alto la calidad moral de los vencidos y se le atribuye la frase:
'Hermanos, tomad de nuestra fe y dadnos de vuestras costumbres'" (2).
Discontinuidades sociales
Las discontinuidades sociales amenazaban la homogeneidad del nuevo Estado
Central emergente con tanta intensidad como las discontinuidades político-
geográficas. Esas discontinuidades sociales emergían de los conflictos sociales
realmente existentes hacia 1492. El principal de ellos estaba representado por
las sublevaciones populares cíclicas -y acumulativas- que eclosionan por lo
menos durante los siglos XIII, XIV y XV, contra la "burguesía" judía.
Es Marcel Bataillon quien señala no sólo la naturaleza burguesa del judaísmo y
del criptojudaísmo español ("Son familias -las conversas- que a menudo se han
especializado en el manejo del dinero, y que constituyen el elemento más activo
de la burguesía española"), sino también la relación estrecha que mantiene esa
específica burguesía con la nobleza española ("Cuando se estudian las
genealogías de los conversos en los procesos de la Inquisición, se queda uno
asombrado de ver a tantos miembros de esas familias marranas al servicio de
los grandes, especialmente en calidad de administradores, mayordomos y
secretarios. Es como una simbiosis que une a los manejadores hereditarios del
dinero y a los detentadores hereditarios de la fortuna territorial") (3).
Las cúpulas financieras judías en España -estrechamente relacionadas con
sectores de la aristocracia y de las distintas "monarquías" regionales- eran
percibidas, por el "pueblo bajo" (en un sentido estricto del término: por las
clases populares y especialmente en los ciclos de restricciones y de crisis
económica), como las causantes directas de esas crisis y de esas penurias
económicas.
En España puede hablarse de movimientos populares antijudíos y darle a esa
expresión el mismo significado "comunista" que tuvieron las insurrecciones
campesinas de Thomas Münzer en Alemania (1524-1525, Turingia), realizadas
bajo una "ideología" de naturaleza cristiano-mesiánica. Esos conflictos sociales
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