Norberto Ceresole
capacidad mágica de introducir un volumen tan grande de explosivos en ninguna Embajada de Israel en ninguna parte del mundo. Además existen sospechas razonables, basadas en estudios técnicos impecables, de que la segunda explosión también ocurrió dentro del edificio de la AMIA. Y, por supuesto, se sabe que no son los primeros casos de terrorismo intrajudío desde 1947.
El profesor Nolte quedó atónito ante mi afirmación de que no sólo no hay acusaciones concretas sino que tampoco hay detenidos directamente relacionados con los atentados, en un caso donde se juega la credibilidad de los más importantes servicios de inteligencia occidentales, además de la del propio Mossad, que son los principales " acusadores ".
Pero su sorpresa no terminó allí. En un principio él estaba convencido de que lo mío era un típico " antisemitismo de izquierda ". Cuando en la segunda reunión había terminado de leer los originales de mi libro tuvo algunas dificultades de interpretación. Una gran parte de mi elaboración conceptual no encajaba dentro de sus esquemas. Desarrollé mi visión del peronismo original y del relevante papel que había jugado Eva Perón. Y señalé conexiones ideológicas importantes entre el peronismo y la Weltanschauung de algunas corrientes islámicas contemporáneas, especialmente la similar idea de " revolución social ", no tanto orientada a la desestructuración cuanto a la reestructuración de lo existente.
Nolte por su parte insistió en la necesidad de comprender la historia alemana de este siglo como un proceso " lógico " y no como el resultado de la ingerencia de factores " demoníacos ". En ese punto estuvimos plenamente de acuerdo. También en el segundo encuentro ya había leído todas las citas de sus obras que se mantienen en la versión final del presente libro. Aprobó la meticulosidad con que fueron hechas, aunque me pidió que informara al lector que esas citas no expresaban la totalidad de su pensamiento sino sólo una parte-aunque significativa- del mismo.
Afirmó que mi trabajo respondía a los cánones científicos y académicos universalmente aceptados en lo que respecta a la calidad de las citas y a su articulación con el propio pensamiento, al que calificó de " necesario ", aunque diferente al suyo. Señaló el hecho de que ambas formas de trabajar son " necesarias ", aunque subrayó que él no buscaba la confrontación sino el " diálogo ".
- ¿ Con quién?, pregunté.-Con los intelectuales más representativos del " racionalismo judío ", insistió.
En otro contexto, Nolte comete los mismos errores de interpretación que Edward Saíd: pensar que con el judaísmo puede existir un diálogo entre iguales.
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