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Norberto Ceresole
ramificaciones. El poder secular( sionista) sumado a una proyección sacramental de un texto, es lo que termina conformando el hiperjudaísmo de este mundo en creciente desorden político, cultural y estratégico.
El nacional-judaísmo y no el sionismo es la ideología dominante en Occidente en esta etapa de globalización capitalista, es decir de neto predominio del capital financiero. Ello es así por la gran importancia que le asigna "... la moral teológica judía a la ganancia pecuniaria propiamente dicha; cómo alienta de un modo significativo la tendencia a la acumulación puramente cuantitativa de valores desprovistos en sí mismos de toda calidad, sin relación con un bien natural cualquiera..."( Sombart, op. cit).
Es que no sólo el judaísmo está en el origen del capitalismo. Es asimismo la auténtica " superestructura " ideológica del globalismo, ya que: " El judío es partidario neto de una concepción liberal del mundo, en el que hay lugar, no para hombres vivos, para hombres de carne y hueso separados por diferencias individuales, sino para ciudadanos abstractos con derechos y deberes, un pueblo semejante a otro y constituyendo el conjunto la gran humanidad que no es más que la suma de las unidades desprovistas de toda calidad "( Sombart, op. cit.).
Los intereses del judaísmo convergen con los del supercapitalismo global en un hecho básico y decisivo: en el interés común por convertir a las naciones en elementos despojados de propiedades, carentes de poder, incapaces de identificarse. Ello refuerza de manera clara la presencia mundial del único Estado nacional que importa, del Estado creado " por orden de Dios ", el de Israel.
Del sionismo al nacional-judaísmo.
Crisis y recomposición de la identidad de la sociedad judíoisraelí
El camino que recorre la sociedad israelí entre el sionismo original y el nacionaljudaísmo( hiperjudaísmo) actual pasa, en todos los niveles del análisis, por una crisis de identidad. La utopía sionista fundadora, que incluía la construcción de una sociedad laica e igualitaria, fue perdiendo su energía movilizadora a partir de sucesos como las guerras sucesivas, la distinta naturaleza cultural de las distintas olas inmigratorias y el propio proceso de modernización, que hizo que muchos judíos dejaran de compararse con Europa y comenzaran a hacerlo con los EUA.
La crisis ideológica que sufre el sionismo-en tanto antiguo ideal civilizador- fue conduciendo a tener que definir a la sociedad de Israel como a un Estado más dentro de un mundo de Estados. En esa situación, surge no solamente el interrogante sobre la identidad judía, sino que emerge una cuestión aún más