La Falsificación de la Realidad
La conformación del nacional-judaísmo en tanto ideología de Estado( del Estado de Israel, y de vastos sectores de las comunidades judías de la diáspora) es un hecho absolutamente nuevo en la historia del judaísmo, si exceptuamos los tiempos de los orígenes, en los cuales la imbricación entre la religión judía y las políticas nacionalistas de las tribus hebreas era total. Más aún, la religión judía fue la condición de la existencia nacional de esas tribus.
Pierre Vidal Naqué( Los judíos, la memoria y el presente, FCE, 1996, p. 25 y ss.) va a los orígenes del Estado judío y constata, no sin asombro, que las guerras civiles judías, esto es, los conflictos armados entre grupos judíos, están en la naturaleza de todas las proyecciones políticas del judaísmo. Y no sólo eso. Constata que esos conflictos interiores, que se derivan de la adopción de un mesianismo religioso en tanto ideología de Estado, cobran formas extremas en momentos críticos.
En primer lugar está la división de los judíos sitiados en Jerusalén por la tropas romanas comandadas por Tito. Pierre Vidal-Naqué marca una diferenciación esencial entre el relato de Tácito y el de Flavio Josefo. Ambos señalan la existencia de un sangriento conflicto intra-judío, aún en el mismo momento del sitio, pero mientras Tácito( Historias, V, 12) ve una reconciliación final entre los bandos( que según él eran tres), Flavio Josefo no hace referencia en ningún momento a una reconciliación final: " Porque no cesaba la sedición y la revuelta dentro de la ciudad( Jerusalén sitiada por los romanos), aunque veían el campo de los romanos estar muy cerca de los muros; pero el primer asalto e ímpetu que los romanos quisieron hacer, ellos se calmaron algún poco; mas luego volvieron a su antigua enfermedad, y dividiéndose en partes otra vez, cada uno por sí peleaba, haciendo todo lo que los romanos, que los tenían cercados, deseaban ".
Muchos historiadores israelíes fundamentalistas niegan, naturalmente, esta interpretación histórica, de la cual surge la idea de que existe una relación directa entre el ejercicio del poder político estatal basado en el mesianismo religioso y las guerras civiles judías. No hubo guerra civil judía entre la caída del Segundo Templo y la fundación del Estado de Israel en 1948, por la sencilla razón de que no existió ningún poder político judío-Estado- durante ese período.
En este punto conviene recordar a un gran escritor judío, Ahad Ha ' am, uno de los mayores críticos del sionismo. Se enfrentó con Theodor Herzl ya en el Primer Congreso Mundial Sionista( Basilea, Suiza, 1897). Un día después de la apertura de ese Congreso escribió: " Ayer, en Basilea, me encontré solitario entre mis hermanos, como alguien que guarda luto en una boda... Este nuevo entusiasmo es artificial y la consecuencia de esperanzas traicioneras será la desesperación... La salvación de Israel( del pueblo judío) se realizará por los profetas y no por los diplomáticos... Una cosa tengo clara: hemos destruido más
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