La Falsificación de la Realidad
( Gran Israel, o territorio de Israel, con fronteras definidas- " desde el Nilo al Éufrates "- a partir de relatos bíblicos considerados " sagrados " por los fundamentalistas judíos) y lograr así una pureza étnica que el nacionaljudaísmo considera imprescindible para la realización de su Plan Mesiánico.
A partir de esa guerra, el lobby judío( norte) americano pretende alcanzar un espacio económico ampliado-en Oriente Medio y Asia Central- según objetivos globalizadores. Lo intentó alcanzar bajo gobierno social-sionista, que pretendió convertir al Estado de Israel-vía " plan de paz "- en el cerebro tecnológico y financiero de un espacio árabe-musulmán totalmente domesticado, por medios " pacíficos "( políticos y diplomáticos)( 10). Ese proyecto social-sionista ya no es viable porque la sociedad israelí-incluidos los sectores más poderosos de la diáspora judía- no es una sociedad occidental normal, como ingenuamente pensó el propio Occidente hasta hace muy poco tiempo. En su interior se produjo una mutación profunda que tendrá alcances estratégicos trascendentes que afectarán a la totalidad del " mundo occidental ".
Esa guerra ya está pre-diseñada a partir de numerosos ensayos sobre el terreno. El exterminio y la expulsión de grandes masas poblacionales de árabes y de musulmanes será un elemento constitutivo esencial en el nuevo conflicto que se está diseñando. Habrá asimismo una fuerte represión en el interior de la sociedad israelí, en la dirección de eliminar del mapa político y físico a todas las versiones del " liberalismo laico judío ".
Este conflicto interior no es nada nuevo en la historia del judaísmo. Se planteó en Alemania entre sionistas y " asimilados " con anterioridad y durante la " segunda guerra mundial ". Fracciones del sionismo, especialmente las " revisionistas "( así llamadas posteriormente porque querían " revisar " el mapa de Palestina luego de la " partición " de 1947) negocian con la jefatura del Tercer Reich, por lo menos hasta 1942, la transferencia a Palestina sólo de judíos sionistas, dejando a los judíos asimilados para su posterior traslado a campos de concentración de la Europa del Este. Paralelamente miles de alemanes de origen judío, pero no asumidos como tales, pelearon valientemente en la Wehrmacht por la victoria del III Reich.
Como veremos en el capítulo siguiente, la llamada " solución final " no consistió en el exterminio físico y planificado de los judíos europeos. Por supuesto que hubo asesinatos en masa de judíos y de no judíos. Ello sucedió en todos los frentes y en todos los bandos en pugna. Lo que pretendemos señalar es que todos los documentos existentes hasta el día de hoy demuestran con claridad que el objetivo del nacional-socialismo era excluir a la población judía del Tercer Reich, y no exterminar a esa población, como sostiene la teoría del Holocausto o el Mito de los " seis millones ".
No se niega la existencia de crímenes cometidos por el nacional-socialismo alemán. Se sostiene que esos crímenes no son de naturaleza distinta a otros
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