La Falsificación de la Realidad
Sólo falta reducir a los núcleos " duros " del Islam y del nacionalismo árabe. Y ello está planificado como una operación militar que puede provocar una catástrofe irreversible. Invito a los lectores a leer a Moisés explicando a sus tribus cómo conquistar la tierra prometida, imaginándolo de pie sobre un arsenal nuclear, táctico y estratégico. Imaginemos la metodología política de Moisés realizada con las tecnologías militares actuales, " armas de destrucción masiva ", casi todas a disposición del ejército judío.
Este proceso de refundación ideológica del Estado de Israel hace que toda investigación crítica se convierta en algo " abominable " que proyecta al autor hacia la clandestinidad y hacia la " blasfemia " y, en el campo puramente terrenal, hacia la cárcel, o por lo menos hacia la marginalidad más absoluta. No obstante, Israel sigue siendo un Estado criminal, cualquiera sea la ideología con que se recubra, pertenezca ésta al reino de lo terrestre o al reino de lo " celeste ". Un Estado criminal desde su misma fundación sionista-es decir, nacionalista, europea, blanca, laica, racionalista y " civilizadora "- en un territorio usurpado y ocupado a sangre y fuego. Al mejor estilo " Antiguo Testamento ".
La cobertura ideológica de base religiosa( talmúdica) que hoy explicita ante el mundo el Estado de Israel es de una gravedad aterradora. Los otros dos grandes monoteísmos originariamente pos-judíos quedan, en principio, atrapados en la red. Salvo que se sostenga, como lo hacen los musulmanes a partir del Corán, que los textos bíblicos en sus actuales versiones son, en su mayor parte, apócrifos. Por lo demás resulta francamente artificial la anterior pretensión " progresista "-es decir, infantil- pretender escindir sionismo y judaísmo, y definir " malo " a uno y " bueno " a otro.
La Biblia judía es un discurso ideológico que emite la propia divinidad. Por lo tanto su texto es un texto sagrado. A partir del propio texto Dios se dirige al lector. Él es el destinatario del mensaje. Si esto es cierto hay, por lo tanto, en la lectura nacionalista del judaísmo, un núcleo irreversible de perversidad. Esa perversidad, esa " abominación " que produce " desolación "( San Juan, Apocalipsis), es la que provoca los sucesivos choques de la comunidad judía contra el resto del mundo en estos últimos 32 siglos, si aceptamos como válida la mitológica datación bíblica por la cual la aparición de las primeras tribus hebreas en Palestina( tierras cananeas) ocurre hacia el siglo XII-XI aC.
Ahora, por primera vez desde sus mismos orígenes, el judaísmo ha adquirido una posición geoestratégicamente dominante en la historia, por lo menos en las grandes áreas de la política occidental y del mundo antiguo. Esa posición dominante comienza con la victoria Aliada en la " segunda guerra mundial " y la inmediata fundación del Estado de Israel. En la actualidad el poder judío se sustenta internacionalmente desde el control de los principales órganos de poder del Estado Norteamericano, y a partir del lobby judío-norteamericano, que es hegemónico en el plano cultural, político y financiero. El supuesto esplendor de la etapa davidiana de la prehistoria mítica de Israel queda
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