La Falsificación de la Realidad
sentido sapiencial que comienza con el apego a su condición andalusí y en cierto gusto por recordarla; y ello cuando sólo vivió en al-Ándalus veinte o veintitrés años "( 27).
Ya hemos señalado algunos entrelazamientos entre judíos prominentes y sectores importantes de la aristocracia y de la propia Iglesia cristiano-católica española. Esa convergencia de intereses coloca a la burguesía judío-española y a grandes sectores del " marranismo " en una situación de poder. En una posición desde la cual existían enormes posibilidades de imaginar la alternativa de una toma del poder. La posibilidad de que hayan existido, en ese sentido, numerosas conspiraciones-tal como lo sugieren algunos autores- torna aún más intelegible, en términos políticos, tanto la expulsión como la posterior Inquisición. Ambos fueron dos instrumentos, exitosos desde el punto de vista de la España cristiana, de una lucha política entre dos " clases " antagónicas dentro de una misma nación: la monarquía aliada con el pueblo, por un lado, y la " burguesía " judía aliada con sectores de la aristocracia y de la Iglesia, por otro. Son muchos los procesos de la Inquisición que pueden ser analizados desde ese ángulo.
El punto límite de la lucha por el poder, encubierta por un discurso teológico, entre judíos y cristianos en la España no musulmana lo contituyen las declaraciones del rabino Moise Ben Nacham, realizadas en Barcelona en 1263, en presencia del propio Jaime I, rey de Aragón:
"... es sabido que la doctrina en que creéis y los dogmas de vuestra fe son inaceptables a la razón. Son contrarios a la naturaleza; jamás han dicho nada los profetas que los pueda apoyar. Que el Creador de los cielos y la tierra se recluyese en las entrañas de una judía determinada y creciera en ella durante nueve meses, viniera al mundo como recién nacido, y una vez convertido en adulto fuese entregado en manos de sus peores enemigos que lo condenaron a muerte y ejecutaron, tras lo cual, tal como decís, resucitaría y volvería a la tierra son cosas que no pueden concebir el espíritu de un judío ni el de ninguna persona humana... Desde los tiempos de Jerusalén hasta nuestros días, el Mundo ha estado lleno de violencia y de rapiñas, y los cristianos han derramado todavía más sangre que los demás pueblos ¡ Y lo difícil que iba a seros a vos, Majestad, y a vuestros caballeros, el sustraeros a emprender más guerras!"( 28).
Pero es la España musulmana donde más evidencias conspirativas existen, todas ellas desarrolladas al calor de las numerosas " guerras civiles interárabes o árabes-bereberes " que en ese sector de la península se produjeron a lo largo de varios siglos. Esta actividad fue un acto de profunda deslealtad, ya que la España musulmana significó para los judíos una "... situación del todo nueva, excepcionalmente favorable, debido a que, a medida que iban avanzando, los conquistadores confiaban a los judíos la custodia de las ciudades que caían en su poder. Más adelante, en los siglos X y XI, dos de ellos, Hasdai Ibn Shaprut y
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