LA FALSIFICACIÓN DE LA REALIDAD - NORBERTO CERESOLE La falsificación de la realidad WEB | Page 174

La Falsificación de la Realidad
En estos momentos en los cuales ya son manifiestos los signos del " crepúsculo de Occidente "( Huntington) es absolutamente lícito volver los ojos, con vigor y rigurosidad, hacia el punto de inflexión a partir del cual España se homogeiniza nacionalmente y se expande universalmente. Esas dos grandes operaciones estratégicas sucesivas se realizan en 1492 y se estructuran a partir de grandes decisiones no sólo legítimas sino, además, fundacionales, que son las eliminaciones prácticamente simultáneas de las discontinuidades inviabilizadoras antes señaladas.
A partir de 1492, España se convierte en la dueña del Atlántico y sienta las bases de una hegemonía mediterránea de cara a un Oriente continental y tan musulmán como lo había sido ella misma, en el esplendor de al-Andalus. Ambos desarrollos geoestratégicos se frustran por la entropía creciente que genera su política europea. Cinco siglos más tarde de ser la dueña del Atlántico, España pasa a ser un país atlantista, dependiente y desgarrado, con una cultura propia y una identidad cada vez más débiles.
Es por esa posición subalterna en Occidente y en Europa( 13) que España es obligada a justificar hechos que en su momento fueron legítimos y fundacionales, y a pedir perdón por una expulsión, ocurrida 500 años antes, de una comunidad que vivió permanentemente escindida de la sociedad española- y que había sido opresora y conspirativa. No se puede vivir como país atlantista y desgarrado sin ese previo acto de contrición, que está exactamente en las antípodas de la grandeza de la homogeneización y de la universalización comenzada en 1492.
Hay un mundo de distancia entre dominar el Atlántico y ser un país atlantista con una disponibilidad de poder de tercer nivel. Es la misma enorme distancia que existe entre ser un país europeo y estar europeizado al estilo Maastricht.
Estas distancias diferenciales entre distintos momentos históricos y distintas configuraciones geoestratégicas se agudizan aún más en estos momentos crepusculares que vive Occidente( Abendland, para utilizar un concepto de Oswald Spengler). Esa decadencia se manifiesta en una progresiva indiferenciación cultural, a través de la cual la identidad católica original( 14) se integra a la cultura judío-cristiana actual.
A partir de esta indiferenciación-integración se " legaliza " y legitima la revisión judía de la historia de una España que ha devenido occidental-atlantista. Esta revisión ya se está realizando y tiene por objeto invertir los hechos, en la misma relación en que ya se han invertido las ubicaciones geopolíticas. Las situaciones que fueron legítimas y fundacionales de un determinado espacio geopolítico se convierten en ilegítimas dentro de otro espacio estratégico, fundamentado en otros presupuestos " ideológicos ".
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