LA FALSIFICACIÓN DE LA REALIDAD - NORBERTO CERESOLE La falsificación de la realidad WEB | Page 153
Norberto Ceresole
Ahora bien, esa etnia "inferior" pero sin embargo cuantitativamente mayoritaria,
se sigue considerando, empecinadamente, "propietaria histórica del territorio",
es decir, depositaria de una cultura que, en su definición más exacta, es
nacional. El nacionalismo es así un etnonacionalismo, y el patriotismo un
etnopatriotismo. De la misma manera que el conflicto social es un conflicto
etnosocial.
Etnia mayoritaria, etnia minoritaria, distribución del poder y
control territorial
La etnia cuantitativamente mayoritaria es políticamente minoritaria -no tiene
"representantes" étnicos; se encuentra económicamente desposeída -carece de
medios significativos de producción- al final de un proceso histórico de
expropiación (desde los telares norteños hasta las fábricas militares de alta
tecnología) (34); y además está socialmente excluida: fue expulsada hacia
territorios geográficos considerados secundarios por el sistema de poder
edificado por la etnia blanca minoritaria (Patagonia, Noroeste, zonas marginales
urbanas y suburbanas, etc.). Además, carece de cualquier tipo de presencia en
los "aparatos culturales" de la "nación" así construida. Desde las universidades
blancas, públicas y privadas, se considera que esa etnia mayoritaria carece,
simplemente, de cultura y de ideología.
Naturalmente que ellas existen, pero están diferenciadas, son identitarias, por
lo tanto invisibles a los ojos de los ilustrados e iluminados.
La etnia cuantitativamente minoritaria es políticamente mayoritaria -todos "los
representantes del pueblo" expresan los diferentes matices de sus intereses- es
la propietaria de los principales medios de producción y domina los enclaves
territoriales estratégicos, principalmente los territorios urbanos y, en especial, el
centro administrativo del país: la capital federal. Pero sobre todo esa etnia es
absolutamente hegemónica en los "aparatos culturales", estatales y privados.
Hay, hoy en la Argentina, una etnia minoritaria dominante y una etnia
mayoritaria dominada. Entre esos dos polos está planteado el conflicto, que es
simultáneamente étnico, social, económico, cultural y religioso.
Por ello la gran lucha que se avecina no se dará bajo la forma de un
enfrentamiento entre distintas facciones (partidos) de un mismo sistema. Ni
siquiera entre dos clases antagónicas. Esas formas de acción ya se han agotado
definitivamente.
El nuevo campo de combate estará delineado entre una concepción
etnoterritorial de la política (la reconquista de la nación desde su periferia
"bárbara" excluida) y un conjunto de partidos (de "izquierda", "centro" y
"derecha") que representan el mismo "territorio", la misma "civilización y la
misma etnia "extranjera": aquel fragmento de Argentina que hoy, luego de un
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