LA FALSIFICACIÓN DE LA REALIDAD - NORBERTO CERESOLE La falsificación de la realidad WEB | Page 127

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Norberto Ceresole
En toda esta patética historia de creciente decadencia nacional argentina, la cuestión judía no fue un factor exógeno al modelo. Más bien lo contrario. Las nuevas tendencias del judaísmo jugaron decisivamente en la dirección de atar, de atornillar lo más sólidamente posible el caso argentino al business global. Esas tendencias, que actúan considerando que la Argentina es tierra de nadie, ahora lo sabemos con mayor claridad, están preparando la guerra de exterminio antes señalada. Esa guerra, en etapas posteriores, afectará a nuestra propia estructura demográfica( poder poblacional) y a la de todos los pueblos excluidos en los que su población y su territorio exceda o transgreda los límites de lo aceptable por las percepciones del neoliberalismo globalizante.
No olvidemos, asimismo, que la Argentina siempre fue vista por las diferentes concepciones del judaísmo, como un territorio alternativo a Palestina. De allí que resulte absolutamente vital, para esas tendencias, la permanencia en el tiempo de esta Argentina vaciada de toda identificación y desprovista de toda dignidad y poder, que fue una de las consecuencias perversas aunque necesarias de la implantación del modelo neoliberal. Señalemos que esa implantación se realizó de la mejor forma posible para los intereses de los " elegidos ": A partir de una corrupción específica practicada sobre un movimiento nacional esencialmente resistente, como lo fue casi siempre el peronismo.
Un exterminio de población palestina, libanesa y de otros pueblos árabes y persas, puede ser un aterrador anticipo de lo que puede suceder con la población argentina no judía el día en que los globalistas deseen apoderarse firmemente de nuestro territorio, que despierta su codicia desde hace muchas décadas.
No sólo desde el punto de vista teórico e histórico existe una total interdependencia entre capitalismo y judaísmo. Esa interdependencia se manifiesta asimismo en cuestiones prácticas y específicas, como por ejemplo el tratamiento que un país militarmente vencido como la Argentina( Guerra del Atlántico Sur, 1982) debe merecer de los poderes mundiales hegemónicos, como por ejemplo, las distintas organizaciones que conforman el lobby judíonorteamericano.
No deja de sorprender que una coyuntura en la cual la gran mayoría del pueblo argentino comienza a dar forma, nuevamente, a una resistencia de base sindical muy seria ante la progresiva licuación de su existencia, la ofensiva del judaísmo se incrementa, buscando socavar, aún más, la dignidad y, por lo tanto, la viabilidad de nuestro país.
Una recomposición del poder interior dentro de la misma sociedad argentina será una cuestión insoslayable para la reconstrucción del ser nacional provisoriamente perdido. Esa necesaria recomposición del poder tendrá naturalmente una variable económica( que no viene al caso desarrollar en este