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Norberto Ceresole
Otro hecho concreto es que las presiones de las comunidades judías y sionistas, argentinas e internacionales, continúan ejerciéndose sobre el gobierno y sobre el conjunto de la opinión pública nacional como si el Estado de Israel y la región del Oriente Medio transitaran por la más absoluta de las normalidades. Esas presiones se incrementarán con el correr de los próximos tiempos, porque ellas estarán en función de acontecimientos dramáticos que se sucederán en Medio Oriente, y en su espacio contiguo del Asia Central.
Para darle continuidad a un " plan de paz " que nació muerto se necesitará una dosis muy alta de violencia política. En este contexto, naturalmente, sería lógico prever no sólo un tercero sino una serie de atentados terroristas en las " zonas de frontera " que separan al fundamentalismo del laborismo " globalizante " judío. Argentina está ubicada a plenitud en una de esas " zonas de frontera " entre dos bandos crecientemente irreconciliables de la estrategia global. Sólo a partir de ese señalamiento podemos comprobar el fracaso estrepitoso de una diplomacia alineada y alienada.
El nacional-judaísmo en la crisis argentina
En este punto conviene reflexionar sobre el destino que les espera a las sociedades débiles( debilitadas por el huracán destructor del neoliberalismo), como la Argentina, durante décadas convertida en " hospedadora " de " huéspedes de paso ", como los judíos, que llegaron a conformar la más grande sociedad extranjera no asimilada a la cultura nacional.
Si durante los últimos tiempos las organizaciones representativas de la comunidad judía en la Argentina-lideradas por la Embajada que representa al Estado judío en Buenos Aires- comenzaron a tomar decisiones por encima del poder político nativo, no es posible sino esperar que esas organizaciones y esa Embajada de ese Estado reemplazarán, simple y llanamente, al poder político nacional argentino. Podría constituir posiblemente el primer " golpe de Estado " judío en la Argentina, contando con la complicidad de algunos mandos militares del llamado " ejército argentino " que ya adoptaron como " ideólogo " al escritor judío Marcos Aguinis. De esta manera vemos que estamos hablando no de un problema externo a la Argentina, sino de una de sus principales complicaciones interiores. El " problema judío " es hoy en la Argentina un tema tan significativo como el " problema de la desocupación " y él de la catástrofe social que se avecina( 22).
Es preciso tomar conciencia, lo antes posible, de que ninguno de esos problemas tiene solución dentro del sistema político, económico e internacional dentro del cual se encuentra la Argentina. Es decir, que se incrementarán a medida que pase el tiempo. Ya hemos visto, en la Introducción de este libro, que el sistema es el " reflejo " de la estructura de poder étnico-demográfica de la Argentina. Al sistema lo generó el " crisol de razas ". La cuestión judía quedó planteada de tal forma que no puede limitarse el poder de los grupos( fácticos o