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Norberto Ceresole
la URSS. Muchos autores israelíes, en esa época, subrayaron el hecho de que existía una profunda analogía entre los " irregulares " izquierdistas latinoamericanos y los " terroristas " palestinos que se enfrentaban a Israel en el Oriente Medio.
En esa batalla contra esas " unidades de vanguardia " de un gran ejército agazapado dispuesto a invadirnos juegan un rol antisubversivo muy importante los aparatos policiales, militares y de inteligencia del Estado de Israel. Son oficiales israelíes los que arman, adoctrinan y entrenan a personal militar y paramilitar nativo( y ello ocurre en absolutamente todos los escenarios de conflicto de América Latina)( 9) en técnicas contrasubversivas en su más amplio espectro. Para el Estado de Israel, en aquel entonces, la OLP y otras organizaciones palestinas-en ese tiempo nadie hablaba de " fundamentalistas ", porque se estaba viviendo en un mundo estrictamente bipolar, aun en lo cultural y hasta en lo religioso-, también constituían comandos de avanzada del ejército enemigo dentro de un conflicto global. A ellos se los enfrentaba a partir de las diferentes escalas que admitía el concepto de " guerra de baja intensidad ".
La vigencia inexorable de la bipolaridad hacía que esos " pelotones de avanzada " del " ejército comunista " fueran percibidos, aun los declaradamente nacionalistas y católicos, como los Montoneros argentinos, a partir del modelo soviético, es decir, a partir de un centro decisional( Moscú, para los ortodoxos; Beijín, La Habana o París- " IV Internacional "-, para otros), que actuaba internacionalmente a través de delegaciones " nacionales ". En rigor de verdad es exactamente el mismo modelo que utiliza actualmente la organización judía internacional, que busca dirimir sus irreconciliables diferencias internas proyectando hacia afuera a esos conflictos interiores.
Para casi todas las facciones en pugna, el centro del sistema lo es todo, las llamadas delegaciones nacionales son " nacionales " sólo en la forma: son meras superposiciones demográficas sobre una cultura, un territorio y una población ajenas. En esencia se trata de organizaciones absolutamente radiales y unilateralmente dependientes del centro. Son en verdad grandes destacamentos de avanzada de una guerra global al servicio de la supervivencia de un Estado nacional-religioso: el Estado confesional judío.
Guerras interiores y lealtades nacionales
Según la Delegación de Asociaciones Israelitas en la Argentina( DAIA), la doble lealtad nacional es una exigencia para la supervivencia del ser judío:
" El judaísmo no es sólo una religión y una cultura, una concepción del mundo y de la vida... Es también, y fundamentalmente, un pueblo y una nación; un grupo humano que, no obstante su dispersión, ha mantenido y mantiene muy clara la conciencia de su pasado, de su presente y de su futuro común ". " Asumir valores nacionales presupone conferirles su ámbito de vigencia. La vigencia plena del