resultado aquella exclamación. En seguida, una figura extraña apareció frente a
mí, dándome lo que yo pensaría era su espalda. No podía asegurar con exactitud
cómo es que había llegado a esa posición. Por un momento pensé que era capaz
de hacerse invisible y que había sido así como había logrado permanecer escondido todo este tiempo; sin embargo, distinguí que su materialización no había
ocurrido paulatinamente, sino que había sido tan rápida que me hacía dudar si
realmente la razón de aquello era por su propiedad de invisibilidad. Lo único
que sí sabía en ese momento era que él tenía algún tipo de habilidad sobrenatural
o especial que me había dejado impactado. Ahora sí estaba consciente del riesgo
que corría.
-No hay nada de qué preocuparse o a lo cual temer, aunque es lógico que reacciones así, de la misma manera que los anteriores – se escuchó de la figura que yacía
frente a mí. No entendía exactamente qué estaba pasando, pero el hecho de que
hubiera dicho “de la misma manera que los anteriores”, me hacía pensar que yo
no era el primero en esta situación. Mientras tanto, buscaba alguna relación entre
todo lo que estaba sucediendo para comprender dónde estaba y el porqué de ello.
Finalmente descubrí que la única manera de encontrar la respuesta era desenmascarando al sujeto que estaba frente a mí, así que, sin previo aviso, corrí lo más
rápido posible hacia él, pero justo cuando parecía estar alcanzándolo, desapareció
de nuevo.
-No intentes descubrir lo que no se puede demostrar.- profirió desde algún punto
la figura misteriosa.
-¿Es que acaso no existes? ¿Cómo es que puedes desaparecer de un momento a
otro?
-Yo no desaparezco, soy omnipresente, estoy en todo momento y en todo lugar.
Lo que sucede es que no eres capaz de ver todas las posiciones en este espacio.
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Permanecí callado por un momento, reflexionando sobre lo dicho por el sujeto, ligándolo con el conocimiento previo que había adquirido durante el transcurso de
mi vida. Poco a poco fui creando mi propia conjetura hasta que llegué a una idea
que era bastante aceptable dada mi situación. Concluí que me encontraba en una
especie de limbo o estancia temporal entre el mundo de los vivos y los muertos,
aunque no tenía ningún recuerdo sobre cómo había llegado ahí. También, dadas
las referencias que me había provisto el sujeto desconocido, llegué a considerarlo
como un “Dios”, fundamentando esta idea principalmente en el hecho de que era
omnipresente y que podía ver más allá de lo evidente. Supuse, de igual manera,
que “las posiciones en este espacio” que él había mencionado y que yo no era
capaz de ver, se referían al paraíso, un lugar aún más lejos de la vida que el limbo
en el que me encontraba.
Todo aquello podría haber sonado muy irreal para cualquier individuo que lo
hubiera escuchado, sin embargo, para mí, era una idea bastante válida. No podría
nunca llegar a comprobarla en su totalidad, pero a veces es necesario aferrarse a
algo para encontrar una explicación a un fenómeno.
-Creo entender un poco la situación,- indiqué – pero, ¿qué eres exactamente?
-Soy sólo una parte más del universo, al igual que tú. De hecho, tengo un cierto
parentesco contigo.
-¿Universo? ¿Qué es eso? - inquirí, ya que nunca antes había escuchado aquella
palabra - ¿Cómo es que puedes ser parecido a mí si tienes habilidades sobrenaturales?
-El universo…. – suspiró – es el lugar sobre el cual yacen todos los demás, al menos para ti y para mí… - otra pausa – los superiores están en otro nivel que
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