La Esfera May. 2014 No.23 | страница 34

resultado aquella exclamación. En seguida, una figura extraña apareció frente a mí, dándome lo que yo pensaría era su espalda. No podía asegurar con exactitud cómo es que había llegado a esa posición. Por un momento pensé que era capaz de hacerse invisible y que había sido así como había logrado permanecer escondido todo este tiempo; sin embargo, distinguí que su materialización no había ocurrido paulatinamente, sino que había sido tan rápida que me hacía dudar si realmente la razón de aquello era por su propiedad de invisibilidad. Lo único que sí sabía en ese momento era que él tenía algún tipo de habilidad sobrenatural o especial que me había dejado impactado. Ahora sí estaba consciente del riesgo que corría. -No hay nada de qué preocuparse o a lo cual temer, aunque es lógico que reacciones así, de la misma manera que los anteriores – se escuchó de la figura que yacía frente a mí. No entendía exactamente qué estaba pasando, pero el hecho de que hubiera dicho “de la misma manera que los anteriores”, me hacía pensar que yo no era el primero en esta situación. Mientras tanto, buscaba alguna relación entre todo lo que estaba sucediendo para comprender dónde estaba y el porqué de ello. Finalmente descubrí que la única manera de encontrar la respuesta era desenmascarando al sujeto que estaba frente a mí, así que, sin previo aviso, corrí lo más rápido posible hacia él, pero justo cuando parecía estar alcanzándolo, desapareció de nuevo. -No intentes descubrir lo que no se puede demostrar.- profirió desde algún punto la figura misteriosa. -¿Es que acaso no existes? ¿Cómo es que puedes desaparecer de un momento a otro? -Yo no desaparezco, soy omnipresente, estoy en todo momento y en todo lugar. Lo que sucede es que no eres capaz de ver todas las posiciones en este espacio. 34 Permanecí callado por un momento, reflexionando sobre lo dicho por el sujeto, ligándolo con el conocimiento previo que había adquirido durante el transcurso de mi vida. Poco a poco fui creando mi propia conjetura hasta que llegué a una idea que era bastante aceptable dada mi situación. Concluí que me encontraba en una especie de limbo o estancia temporal entre el mundo de los vivos y los muertos, aunque no tenía ningún recuerdo sobre cómo había llegado ahí. También, dadas las referencias que me había provisto el sujeto desconocido, llegué a considerarlo como un “Dios”, fundamentando esta idea principalmente en el hecho de que era omnipresente y que podía ver más allá de lo evidente. Supuse, de igual manera, que “las posiciones en este espacio” que él había mencionado y que yo no era capaz de ver, se referían al paraíso, un lugar aún más lejos de la vida que el limbo en el que me encontraba. Todo aquello podría haber sonado muy irreal para cualquier individuo que lo hubiera escuchado, sin embargo, para mí, era una idea bastante válida. No podría nunca llegar a comprobarla en su totalidad, pero a veces es necesario aferrarse a algo para encontrar una explicación a un fenómeno. -Creo entender un poco la situación,- indiqué – pero, ¿qué eres exactamente? -Soy sólo una parte más del universo, al igual que tú. De hecho, tengo un cierto parentesco contigo. -¿Universo? ¿Qué es eso? - inquirí, ya que nunca antes había escuchado aquella palabra - ¿Cómo es que puedes ser parecido a mí si tienes habilidades sobrenaturales? -El universo…. – suspiró – es el lugar sobre el cual yacen todos los demás, al menos para ti y para mí… - otra pausa – los superiores están en otro nivel que 35