industrializados entre 5 y 7 kw, y el resto
del mundo, es decir , las + partes de la
humanidad consume menos de 2 kw,
concretamente un promedio de 450
vatios/persona.
Este consumo está indisolublemente
vinculado al nivel de vida en términos
materiales (acceso a
alimentación, vivienda, salud, educación,
servicios); existe una fuerte conexión
entre energía y bienestar
material humano
Nuestras fuentes energéticas principales
(combustibles fósiles) y sus tecnologías
representan por
sus características técnicas y la
magnitud del consumo una gran
amenaza para la salud, el bienestar
económico y la estabilidad ambiental.
Sus efectos colaterales, tanto en la
producción como en el uso, producen la
liberación de gases de efecto