LA DEHESA MAGAZINE, Nº1 ABRIL 2018
En el fútbol todos somos iguales.
He ahí otro de sus secretos. El aficionado común es
tanto o más hincha que el mismo presidente de su
equipo.
Nadie puede considerarse más fiel seguidor solo
porque ocupe un puesto relevante en la institución, ni
el entrenador, ni jugador, ni un ídolo es más de ese
club que el último de sus aficionados. En el grado de
pertenencia prima un sentido igualitario y democrático
asombroso.
Ser hincha o aficionado al fútbol es tener un amor
para toda la vida, con algunos desencantos fugaces,
pero sin falta de lealtad. Es increíble, uno no puede
traicionar a su club ni aun proponiéndoselo.
Esto no se da con ningún otro deporte ni actividad
humana, solo el fútbol genera tanto amor
incondicional. Y solo termina cuando nos vamos al otro
mundo. Es un misterio inexplicable: es el contrato más
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