por la que pasaba muy poca gente. Ella
de que en la ventana de enfrente de su
co re lindo que siempre se ponía a tocar
la escuela. Ella lo miraba desde su
arle y menos a tocarle el timbre. Hubiera
rlar, pero no lo hizo. Un día se enteró de
upo nada más de él, pero varias
e esa calle de casas blancas y de ese
cundo siempre había pensado en ella,
cercarse a hablarle y decirle lo que
o a España por una cuestión
años seguía recordándola como “la
había captado su atención hace tantos
y se arrepentía de no haberlo hecho.
a guitarra