innovaciones tecnológicas, y así aumentando su productividad. Por esa misma razón, el ministro de hacienda de aquel momento decidió realizar una modificación a la Ley de aduanas, para que crezca la industria local.
Por el contrario, en 1928, se generó un cierto nivel de desconfianza con el sistema capitalista. Por consiguiente, la comercialización internacional se vio dificultada, y como Argentina era un país dependiente de las exportaciones, se vio totalmente afectada. Asimismo, las empresas americanas tuvieron que dejar de invertir en materiales y maquinarias a causa de los bajos precios en las acciones. En aquel entonces, la agricultura Argentina se vio sometida a un proceso de estancamiento y caída de su producción, generando tensión en los sectores de distribución y producción. Debido a la baja demanda de consumos que nuestro país transitaba, la tasa de desempleo creció.