LA CAVERNA DE SARAMAGO Saramago, Jose - La caverna | Page 8
El hombre que conduce la camioneta se llama Cipriano Algor, es
alfarero de profesión y tiene sesenta y cuatro años, aunque a simple
vista aparenta menos edad. El hombre que está sentado a su lado es
el yerno, se llama Marcial Gacho, y todavía no ha llegado a los treinta.
De todos modos, con la cara que tiene, nadie le echaría tantos. Como
ya se habrá reparado, tanto uno como otro llevan pegados al nombre
propio unos apellidos insólitos cuyo origen, significado y motivo
desconocen. Lo más probable es que se sintieran a disgusto si alguna
vez llegaran a saber que algor significa frío intenso del cuerpo,
preanuncio de fiebre, y que gacho es la parte del cuello del buey en
que se asienta el yugo. El más joven viste de uniforme, pero no está
armado. El mayor lleva una chaqueta civil y unos pantalones más o
menos conjuntados, usa la camisa sobriamente abotonada hasta el
cuello, sin corbata. Las manos que manejan el volante son grandes y
fuertes, de campesino, y, no obstante, quizá por efecto del cotidiano
contacto con las suavidades de la arcilla a que le obliga el oficio,
prometen sensibilidad. En la mano derecha de Marcial Gacho no hay
nada de particular, pero el dorso de la mano izquierda muestra una
cicatriz con aspecto de quemadura, una marca en diagonal que va
desde la base del pulgar hasta la base del dedo meñique. La camioneta
no merece ese nombre, es sólo una furgoneta de tamaño medio, de un
modelo pasado de moda, y está cargada de loza. Cuando los dos
hombres salieron de casa, veinte kilómetros atrás, el cielo apenas
había comenzado a clarear, ahora la mañana ya ha puesto en el
mundo luz bastante para que se pueda observar la cicatriz de Marcial
Gacho y adivinar la sensibilidad de las manos de Cipriano Algor. Vienen
viajando a velocidad reducida a causa de la fragilidad de la carga y
también por la irregularidad del pavimento de la carretera. La entrega
de las mercancías no consideradas de primera o segunda necesidad,
como es el caso de las lozas bastas, se hace, de acuerdo con los
horarios establecidos, a media mañana, y si estos dos hombres