LA CAVERNA DE SARAMAGO Saramago, Jose - La caverna | Page 38
razón, perdona, hoy no debería ser día de censuras y recriminaciones,
Hoy, por qué, He ido al cementerio, le he regalado un cántaro a una
vecina y tenemos un perro ahí fuera, acontecimientos de gran
importancia todos ellos, Qué es eso del cántaro, Se le quedó el asa en
la mano y el cántaro se hizo añicos, Son cosas que suceden, nada es
eterno, Pero ella tuvo la decencia de reconocer que el cántaro era
viejo, y por eso creí que debía ofrecerle uno nuevo, suponemos que el
otro tenía un defecto de fabricación, o ni es necesario suponer, regalar
es regalar, sobran explicaciones, Quién es la vecina, Es Isaura
Estudiosa, esa que se quedó viuda hace unos meses, Es una mujer
joven, No pretendo casarme otra vez, si es eso lo que estás pensando,
Si lo he pensado, no me he dado cuenta, pero tal vez debiera haberlo
hecho, era la forma de que no se quedara solo aquí, ya que se obstina
en no venirse con nosotros a vivir al Centro, Repito que no pretendo
casarme, y mucho menos con la primera mujer que aparezca, en
cuanto a lo demás, te pido por favor que no me estropees la noche, No
era ésa mi intención, perdone. Marta se levantó, recogió los platos y
los cubiertos, dobló por las marcas el mantel y las servilletas, está muy
equivocado quien crea que el menester de alfarero, incluso no siendo
de obra fina, como en este caso, incluso ejercido en una población
pequeña y sin gracia, como ya se ha adivinado que es ésta, es
incompatible con la delicadeza y el gusto de maneras que distinguen a
las clases elevadas actuales, ya olvidadas o desde el nacimiento
ignorantes de la brutalidad de sus tatarabuelos y de la bestialidad de
los tatarabuelos de ellos, estos Algores son personas que aprenden
bien lo que les enseñan y capaces de usarlo después para aprender
mejor, y Marta, siendo de la última generación, más favorecida por las
ayudas del desarrollo, ya se ha beneficiado de la gran suerte de ir a
estudiar a la ciudad, que alguna ventaja han de tener sobre las aldeas
los grandes núcleos de población. Y si acabó siendo alfarera fue por
fuerza de una consciente y manifiesta vocación de modeladora, aunque
también influyera en su decisión el hecho de que no haya en la familia
hermanos que continúen la tradición familiar, eso sin olvidar, tercera y
soberana razón, el fuerte amor filial, que nunca le permitiría dejar a los
padres al dios-dirá-y-después-veremos cuando lleguen a viejos.
Cipriano Algor conectó la televisión, pero la apagó poco después, si en
ese momento alguien le pidiese que relatara lo que había visto y oído
entre los gestos de encender y apagar el aparato, no sabría qué
responder, pero pura y simplemente se negaría a hacerlo si la
pregunta fuese otra, En qué piensa que parece tan distraído. Diría que
no señor, vaya idea, no estaba distraído, sólo para no tener que
confesar el infantilismo de que se sentía preocupado por el perro, si
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