20 Víctor Sáenz Barrón
anaranjado con morro y patas blancas dejó de acicalarse para poner toda su atención en la posible captura . Una trucha de cierto tamaño rondaba el cebo con una creciente tentación de comérselo . Si picaba , podría dejar la tarea y volver a casa con una presa digna de servir como cena . El pájaro volvió a hacer de las suyas . No muy lejos del objetivo del hombre gato había otro pececillo , que en un instante pasó a estar en el pico del ave pescadora . La trucha grande huyó de la zona donde flotaba la trampa de Palmir , que lanzó varios insultos relacionados con la familia de su rival . Sisky no pudo evitar soltar una carcajada amplia y sonora , revelando su posición al cercano bastita . Cuando se percató de que lo había visto , pensó que era mejor intentar ayudarle .
— Ese condenado hace más capturas que tú — dijo , aguantando la risa con un éxito muy relativo
—¡ Lo que me faltaba ! ¿ No tienes otra cosa que hacer aparte de venir a reírte de mí ? —¿ Quieres que te libre de él ? Soy infalible con el tirachinas . — Anda , ven aquí . El pequeño felino miró alrededor con sus grandes ojos azules antes de acercarse hasta donde estaba el fracasado pescador . Después correteó hasta su vera y reprimió la tentación de cazarle la punta blanca del peludo rabo .
—¿ Ves el inicio de la rama en la que está ese maldito pajarraco ? — preguntó Palmir con resignación . — Sí . ¿ Qué pasa ? — Es un nido con crías . Me está dando el día pero , si lo matas , sus polluelos morirán . —¿ Y ? ¿ Tienes que llevar comida a casa , no ? — Haré lo que debía haber hecho hace rato , me iré río abajo y lo intentaré de nuevo allí . Piensa que esos pequeños pueden ser la comida de un día cuando crezcan o , mejor aún , sus huevos los de muchos .