bién les ayudara a ellos a entender lo que había ocurrido en el mundo interior de él.
Conoces ese lugar: es donde estás tú solo, y tal vez Dios, si crees en él. Claro que
Dios podría estar ahí aun si no crees en él. Esto no sería nada raro. No por nada se le
ha llamado el Gran Entrometido.
Lo que estás a punto de leer es algo que ponerlo en palabras nos llevó muchos meses
a Mack y a mí. Tiene algo... bueno, no... tiene mucho de fantasía. Si algunas partes son
ciertas o no, no soy quién para juzgarlo. Baste decir que aunque algunas cosas podrían
no ser científicamente comprobables, pueden ser ciertas de todas maneras. Te diré con
honestidad que formar parte de esta historia me ha afectado muy en lo profundo, en
lugares donde nunca había estado ni sabía que existían; te lo confieso: nada me gusta-
ría más que el hecho de que todo lo que Mack me contó sea cierto. Casi siempre con-
cuerdo con él; pero otras veces -cuando el mundo visible del concreto y las computado-
ras parece ser el mundo real- pierdo contacto y tengo mis dudas.
Un par de advertencias finales: Mack quisiera que sepas que si esta historia cae en tus
manos y te desagrada, él te diría: "Lo siento... pero no fue escrita principalmente para
ti". Aunque podría ser que sí... Lo que estás por leer es lo que Mack pudo recordar me-
jor de lo que pasó. Es su historia, no la mía; así que en las pocas ocasiones en que
aparezco, hablaré de mí en tercera persona, desde el punto de vista de Mack.
La memoria es engañosa a veces, en especial con un accidente, de modo que no me
sorprendería mucho que, pese a nuestro concertado esfuerzo de veracidad, algunos
errores de hechos y recuerdos imperfectos se reflejaran en estas páginas.
No son intencionales. Te aseguro que conversaciones y sucesos se han registrado aquí
tan verídicamente como Mack los recuerda, así que, por favor, deja pasar algunas co-
sas. Como verás, éstas no son cosas de las que sea nada fácil hablar.
-Willie
Confluencia de caminos
"Se abrieron dos caminos en mi vida", oí decir a un hombre sabio; "opté por el que me-
nos se transita, y eso significó la diferencia a diario."
-Larry Norman (con disculpas para Robert Frost)
Marzo desató lluvias torrenciales tras un invierno anormalmente seco. Luego, de Cana-
dá descendió un frente frío, prolongado por vientos turbulentos que rugieron Barranca
abajo desde el este de Oregon. Aunque era indudable que la primavera estaba a la
vuelta de la esquina, el dios del invierno no querría renunciar sin pelear a su dominio
arduamente conquistado. Un manto de nieve fresca cubría las Cascadas y la lluvia se
congelaba al chocar con el suelo gélido fuera de la casa, razón suficiente para que
Mack se hubiera acurrucado con un libro y una sidra caliente, envuelto en el calor de
una hoguera crepitante.