siones más sutiles como la responsabilidad y las expectativas, es un vano intento por
crear certidumbre a partir de la incertidumbre. Y contra lo que podrían pensar, yo soy
muy afecta a la incertidumbre. Las reglas no pueden dar libertad; sólo tienen el poder
de acusar.
-¡Ah! -Mack se dio cuenta de pronto de lo que Sarayu había dicho-. ¿Estás diciéndome
que la responsabilidad y las expectativas son sólo otra forma de las reglas bajo las que
ya no estamos? ¿Te oí bien?
-Ajá -afirmó Papá-. Ya llegamos adonde teníamos que llegar; Sarayu, ¡es todo tuyo!
Mack ignoró a Papá, optando por concentrarse en Sarayu, lo cual no era tarea fácil.
Sarayu le sonrió a Papá y se volvió hacia Mack. Empezó a hablar lenta y concienzu-
damente:
-Mackenzie, me asumo como verbo, no como sustantivo, en cualquier momento.
Se detuvo y esperó. Mack ignoraba por completo lo que se suponía que debía com-
prender con ese críptico comentario, y dijo lo único que le vino a la mente:
-¿Eh?
-Yo -extendió ella las manos para incluir a Jesús y Papá- soy un verbo. Soy el que soy.
Seré lo que seré. ¡Soy un verbo! Estoy vivo, soy dinámico, siempre activo y en movi-
miento. Soy un verbo que es.
Mack no dejaba de sentir que tenía una mirada vacía en el rostro. Entendía las pala-
bras de Sarayu, pero no terminaba de asimilarlas.
-Y como mi esencia misma es un verbo -continuó ella-, estoy más en sintonía con los
verbos que con los sustantivos. Verbos como "confesar", "arrepentir", "vivir", "amar",
"responder", "crecer", "cosechar", "cambiar", "sembrar", "correr", "bailar", "cantar", etcé-
tera. Los seres humanos, por el contrario, tienen la manía de tomar un verbo que está
vivo y lleno de gracia, y convertirlo en un sustantivo muerto, o un principio que huele a
reglas: entonces algo vivo y creciente muere. Los sustantivos existen porque hay un
universo creado y una realidad física; pero si el universo fuera sólo una masa de nom-
bres, estaría muerto. A menos que "yo sea", no hay verbos, y los verbos son lo que da
vida al universo.
Mack no acababa de digerir aquello, aunque un rayo de luz parecía empezar a brillar
en su cabeza.
-¿Y esto qué quiere decir exactamente?
Sarayu parecía imperturbable ante su falta de comprensión.