Este recorrido es sólo un esbozo de
las situaciones más relevantes por las
que tuvo que pasar el arte para
obtener la forma de montañas de
maíz, torres de panela, cuencos de
cemento, pantallas de computador,
madera sostenida en el aire, orgánicas
formas de plata y móviles hechos con
filtros de café; formas infinitas de
representación, de comunicar, de
dialogar con el espectador y el
espacio, un territorio que cada día
trasciende más y más la sacralidad del
museo.
La instalación con todas las
características ya mencionadas, más
su valor sensorial, híbrido e
interactivo le apuesta a un lenguaje
heterogéneo, con la posibilidad de
llegar más claramente al observador.
Ya sea para hablar de situaciones
políticas, de sentimientos y
emociones, de la violencia del país, la
naturaleza o la memoria, la instalación
ha llegado para producir reflexiones
no sólo acerca de la idea como tal,
sino para hacernos ver que la
materialidad, la estética, el sonido y
hasta el aire, sumado a lo que cada
espectador es frente a ella, se
conjugan en un solo momento y lugar,
extendiendo la producción artística y
desdibujando los límites
preexistenciales.
Montañas de maíz, torres de
panela, cuencos de cemento,
pantallas de computador, madera
sostenida en el aire, orgánicas
formas de plata y móviles hechos
con filtros de café...
Hectárea de Heno/ Bernardo Salcedo/ Instalación/ 1970