La arquitectura y la ciudad Urbanismo contemporaneo | Page 21

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La ciudad actual es un resultado del sistema productivo que surge de la segunda revolución industrial del siglo XX.

Este nuevo sistema productivo tiene su pleno desarrollo durante la segunda mitad del siglo, y en España, sobre todo, a partir de los años sesenta.

Una economía basada en la fábrica y en las tecnologías del proceso industrial, con un modelo de movilidad centrado en el vehículo automóvil y el motor

de combustión interna; un sistema energético basado en la electricidad y en los derivados del petróleo, junto con otros factores, determinan un urbanismo que

lleva a la ciudad dispersa en el territorio, a la especialización de usos urbanísticos y a la creación de nuevos espacios de actividad económica que se desarrollan en los

polígonos industriales situados fuera de las ciudades.

Pero actualmente estamos en pleno proceso de cambio del sistema productivo, hacia un nuevo modelo en el que la fábrica industrial tradicional se transforma en una

cadena de valor global. Un nuevo sistema productivo en que cada elemento se relaciona con otros muchos, y todo el conjunto suele estar coordinado por uno o varios agentes

que dominan la cadena de valor global. En este sistema, la innovación es el factor clave de la competitividad, resultado del conocimiento y de la creatividad, del talento de las personas.

Estas personas desean vivir en una ciudad distinta, en un nuevo modelo de ciudad, la ciudad del siglo XXI. 

Se denomina ciudad planificada, ciudad de nueva planta o localidad planificada a una ciudad creada en un terreno previamente no urbanizado, con un propósito determinado y de acuerdo con un plan urbanístico global. Su desarrollo depende, por lo tanto, de una decisión administrativa y no del movimiento natural de la población.

El mayor reto del nuevo urbanismo surge de dos cuestiones. La primera corresponde a los conceptos de sostenibilidad, que afectan a aspectos políticos, sociales, económicos, financieros, tecnológicos, culturales, jurídicos y ambientales, destacando las nuevas configuraciones geopolíticas, la gestión y distribución de los recursos hídricos, la pobreza por la falta de acceso a la alimentación, la educación para todos los segmentos, los problemas ambientales derivados del

calentamiento global y los desastres naturales, la dependencia de los recursos energéticos tradicionales, la necesidad de alcanzar soluciones financieras viables, los cambios culturales, la radicalización de las regiones y las diferencias étnicas, etc. Cada uno de ellos se deben abordar de forma distinta según el país o continente del que se trate.

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