concepto de tierra, sabrá que es su propio cuerpo
humano, por lo tanto sería imposible que alguien
pueda dañar a la tierra ya que es parte de su propia
vida.
En esta dualidad con la naturaleza encontramos
plantas sagradas que acercan al ser humano a en-
contrar respuesta a preguntas vitales; sin embargo,
si el humano se vuelve dependiente de estas, ya no
es más hombre sino solo vivirá para la planta. Tal es
el caso de la planta llamada “San Pedro” título otor-
gado por los españoles, originalmente es llamada
“Wachuma”, es usada para ver lo que no se puede,
es decir para tomar conciencia. Desde la perspecti-
va del chamán la “Wachuma” es una herramienta
que ayuda al vuelo mágico, según Sharon (2004),
este “vuelo mágico” debe entenderse como la capa-
cidad de ciertos individuos para dejar sus cuerpos
a voluntad y viajar en espíritu a través de las tres
regiones cósmicas. También se tiene como planta
sagrada a la coca, según la leyenda, Manco Capac,
el hijo del Sol, descendió en tiempos remotos de las
cumbres del lago Titicaca para llevar la luz de su pa-
dre a los desgraciados habitantes del país; consigo
llevaba también muchas enseñanzas y así explicó
a los hombres la vida de los dioses, les enseñó la
práctica de artes útiles, y les dio además la hoja de
la coca, esa planta divina que sacia al hambriento,
hace fuerte al débil, y permite al desgraciado olvi-
dar su tristeza. Era costumbre ofrecer hojas de coca
a los dioses, masticarlas durante las ceremonias
religiosas, y hasta poner algunas en la boca de los
muertos para asegurarles un buen recibimiento en
el otro mundo. Por otro lado el Inca Garcilaso de la
Vega, dice que al principio la coca no abundaba y
que solamente podían utilizarla los miembros de
las principales familias; sin embargo, en la época
de la conquista hacía ya tiempo que todo el mundo
“Si el humano
se vuelve
dependiente
de las plantas,
ya no es más
hombre sino
solo vivirá para
la planta”
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