Kokoloko Oct. 2013 | Page 5

¿ Soy grande o pequeña? A noche entraron por mi ventana tres sapos: uno era verde perico, el segundo rojo tomate y el tercero amarillo cambur. Cada uno traía un instrumento musical, pero no sabría nombrarlos porque nunca los había visto. Solo sé que eran instrumentos porque los sapos los manipulaban con sus patas delanteras y hacían sonar una música como jamás la había escuchado. Tiene que ser un sueño —pensé, o soñé, dentro del sueño. No hacía mucho rato había estado soñando que abría tu espejo en el baño, sacaba un frasco, lo destapaba y lo olía. Nunca he estado en tu baño, ni sé si tienes frascos que huelen. Por eso los sapos tenían que ser parte del mismo sueño, o de otro. Me senté en la cama, o lo soñé. Miré fijamente a los sapos que diestramente interpretaban su melodía a los pies de mi cama. Los invité a subir cuando terminaron la pieza. Saltaron graciosamente y aterrizaron en mi edredón. En ese momento pude ver que los colores no eran de ellos sino de los mini paltó levita que llevaban puestos. Unos músicos muy formales. El más gordo, el amarillo, dio un saltito hacia mí e, inclinando la cabeza a forma de reverencia, me dijo: —Hemos venido a preguntarte qué quieres ser cuando seas pequeña. —Veterinaria —respondí. —Veterinaria de sapos músicos de colores. En ese justo momento, mi gato Gato, el que ya no vive conmigo, saltó inesperadamente sobre la cama y, de un solo zarpazo, acabó con los tres sapos. Quizás por eso nunca llegaré a ser veterinaria cuando sea pequeña. Cuando me desperté esta mañana, e ncontré un objeto extraño a los pies de mi cama. Al observarlo detenidamente, pues pensé que era un botón, me di cuenta de que era un platillo de metal. Seguramente de la batería del sapo percusionista. Qué lástima. No había sido un sueño. ¿O sí? Ya me cuesta saber cuándo estoy dormida y cuándo no. Mucho más me cuesta saber si aún soy grande o ya soy pequeña. ¿Te gustaría hacer un comentario? 5   ? María Dolores Torres