JUSTICE TRENDS JUSTICE TRENDS Nr. 1 | June 2017 | Page 100

social innovation / Innovación Social JT: We’ve read some people referring to your job and mission within prisons as “unglamorous”, a “thankless cause”. What are the ideas and feelings that move you, and what is it that inspires you to go on working in this field? EG: Luckily, I am not either into or impressed by glamour. I believe that I am doing an enormously important job. I love it. It’s in my DNA and I never feel happier than when I make a small breakthrough either with a prisoner or on a project. The Clink gives me such a buzz. Every time I walk into one of our restaurants, every time I see a prisoner with a bounce in his step because he is at work, when I see them serving the public, when they get a round of applause for the first time in their lives and they shuffle awkwardly, that is the best feeling in the world. Our reoffending rates at the Clink are just 9% so we know we are and continue to make a difference in these people and their families lives. I have been working in this area for 17 years and I know I will be doing it for the rest of my life, so I very much hope that by the time I am in my 90s I can look back and say that I had a part to play in turning this oil tanker around. JT: The UK supports and is supported by various European Union crime–fighting agencies and presently is still bound by legal outlines coming from the EU. What are your views on the consequences of Brexit on UK’s criminal justice especially the penitentiary sector and the people affected by it? EG: Good one! The vote did not go my way; however, I appreciate that it’s now happening and we need to navigate our way through this complex situation. My honest answer is that I don’t know. My cup is always half full so I believe that we can do it. The man or woman in their cell is probably worrying about their children, fighting off depressive thoughts of self–harm and suicide, not worrying about Brexit. It’s humanity we need to concentrate on when it comes to any institution and we must not lose sight of that when political whirlwinds occur. 100   JUSTICE TRENDS //  J U N E / J U N I O 2 0 1 7 prisión de Halden en Noruega, donde no permiten que los hombres utilicen pesas libres para ejercitar sus músculos. Los músculos se ven como armas así que se fomenta más una aptitud de salud y bienestar físico y menos la tonificación del cuerpo. Tampoco tenían una capilla como tal, tenían una habitación donde el símbolo religioso podía ser proyectado sobre la pared y los asientos podrían ser desplazados y distribuidos alrededor de modo que fuera un lugar acogedor para, en todo momento, cualquier religión o evento religioso. En Sudáfrica vi niños huérfanos de los municipios que entraban en la prisión para asistir a las fiestas que los presos hacían para ellos. Esto fue increíble. He estado a través de los círculos de justicia restaurativa en Hawai y he visto el increíble trabajo del Dr. Covington en las prisiones de mujeres en California. Podemos y debemos aprender importantes lecciones de todo el mundo. Tanto lo que podemos hacer como, más ciertamente, lo que no debemos hacer. JT: Hemos leído que algunas personas se refieren a su trabajo y misión dentro de las cárceles como poco glamurosos, una causa ingrata. ¿Cuáles son las ideas y sentimientos que le mueven, y qué es lo que le inspira a seguir trabajando en este campo? .......... EG: Afortunadamente, no estoy ni impresionada por el glamour. Creo que estoy haciendo un trabajo enormemente importante. Me encanta. Está en mi ADN y nunca me siento más feliz que cuando consigo un pequeño avance, ya sea con un prisionero o en un proyecto. The Clink me produce esa satisfacción. Cada vez que entro en uno de nuestros restaurantes, cada vez que veo a un prisionero con esa energía que le produce en estar en el trabajo, cuando los veo sirviendo al público, cuando reciben una ronda de aplausos por primera vez en sus vidas y se mueven torpemente, realmente es el mejor sentimiento del mundo. Nuestras tasas de reincidencia en el Clink son sólo el 9%, así que sabemos que somos y seguimos haciendo una diferencia en estas personas y en sus familias. Vengo trabajando en esta área por 17 años, y sé que lo haré por el resto de mi vida, así que realmente espero que en el momento en que tenga 90 años pueda mirar hacia atrás y decir que tomé parte en el giro positivo de este gran petrolero. JT: El Reino Unido apoya y es apoyado por varios organismos de lu- cha contra la delincuencia de la Unión Europea y actualmente está todavía atado por los esquemas legales que vienen de la propia UE. ¿Cuáles son sus opiniones sobre las consecuencias del Brexit en la justicia penal del Reino Unido, especialmente el sector penitenciario y las personas afectadas por él? EG: ¡Buena! La votación no fue como me hubiese gustado; Sin embargo, aprecio lo que ahora está sucediendo y tenemos que seguir nuestro camino a través de esta compleja situación. Mi respuesta sincera es que no lo sé. Mi vaso siempre está medio lleno, así que creo que podemos hacerlo. El hombre o la mujer en su celda probablemente se preocupa por sus hijos, luchando contra los pensamientos depresivos de automutilación y suicidio, sin preocuparse por el Brexit. Es la humanidad en la que debemos concentrarnos cuando se trata de cualquier institución y no debemos perder esto de vista que cuando se producen estos revuelos políticos.