primeros beneficiarios. Las víctimas de esta aberrante estafa criminal son el pueblo llano alemán y el conjunto del pueblo palestino 143.
Por ello, sería inaceptable para el mundo entero que los actuales dirigentes alemanes reconocieran la edificación del monstruoso Denkmal y explicaran porque se sigue pagando indemnizaciones de un exterminio judío que nunca ocurrió. Porque, además, se sabe – desde hace más de 60 años- con toda precisión que el propio suelo alemán está fertilizado con millones y millones de cadáveres alemanes inmolados por extranjeros. Por los mismos " Aliados " que promovieron la construcción del Estado de Israel, sobre la base del Mito del Holocausto.
Los diferentes gobiernos alemanes, no sólo tendrían que explicar porque se siguen pagando indemnizaciones al pueblo judío de Israel; sino además, porque nunca pidieron que se investigará y sancionará a Churchill y Roosevelt por la destrucción con bombarderos anglo americanos aéreos de pueblos y ciudades alemanas. Porque nadie reclama por la ciudad alemana de Dresde – considerada ciudad hospital- con una población de más de 135.000 habitantes, más de 95 % población civil: niños, mujeres, ancianos enfermos, fueron quemados y enterrados en las ruinas por bombas de fósforo. Hamburgo fue completamente destruida y 70,000 civiles murieron en circunstancias apocalípticas: ―… ardía … los vientos alimentaban las altas llamas de 5 kilómetros de altura alcanzaron la velocidad de dos veces un huracán para exceder 240 kilómetros por hora. Los árboles de 1 metro de diámetro en las afueras de la ciudad, fueron succionados de la tierra por las fuerzas sobrenaturales de estos vientos y lanzados a kilómetros dentro de la ciudadinfierno, como lo fueron los vehículos, los hombres, las mujeres... y los niños” 144. Colonia, con una población mayor que Glasgow, fue convertida en un paisaje lunar.
143 FAURRISSON Robert, Las victorias del revisionismo- En CERESOLE, Norberto, La falsificación … Ob. Cit. p. 291 144 LIDDELL HART Basil, La Evolución de la Guerra. Baber & Faber, 1946, p. 75
164 CAIDIN Martin 97