JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 64

compañías de seguros y empresas exportadoras más importantes del imperio británico. Al menos las tres cuartas partes de tales empresas eran judías. El predominio de los judíos o de políticos relacionados con el Judaísmo era, en Francia, tanto o más notorio que en Inglaterra. La cabeza de fila del poderoso clan belicista francés era Georges Mandel, cuyo verdadero nombre era Jeroboam Rothschild. La Gran Prensa Mundial, influenciada cuando no abyectamente dependiente de fuerzas políticas infeudadas al Judaísmo, que denigraba sistemáticamente a Alemania, guardó distraído silencio cuando, el 4 de Febrero de 1936, Wilhelm Gustloff, jefe del grupo nacionalsocialista de alemanes residentes en Suiza fue asesinado por el hebreo Frankfurter. Sólo dos de los dieciséis diarios parisinos dieron la noticia, y aún omitiendo mencionar la extracción racial del autor del asesinato 80 . El 7 de Noviembre de 1938, un incidente inesperado y banal – según la prensa francesa –, o una auténtica provocación – según la prensa alemana –, motivaron (o sirvió de pretexto a una violenta reacción alemana. El agregado consular alemán en París, Von Rath, fue asesinado por un joven hebreo, emigrado de Alemania, llamado Herschel Grynzspan. Algunos de los líderes más exaltados de las unidades de combate del Partido Nacionalsocialista organizaron, la noche del 8 al 9 de noviembre, una verdadera orgia de antisemitismo, que sería conocida con el nombre de “Kristallnacht” (la noche de cristal). ¡Esta es la versión oficial! Sin embargo estudios recientes, como la de Ingrid Weckert, en su conferencia explosiva de 1985, bajo el título “Crystal Night 1938‖, nos recuerda que 1938 se caracterizó por una política del gobierno alemán de evitar alusiones antisemitas en los medios de comunicación y mucho más dentro del partido Nacionalsocialista alemán. Pues, Alemania estaba pretendiendo llegar a un acuerdo internacional para resolver el problema checo y la imagen de Alemania estaba de por sí bastante deteriorada. Entonces, difícilmente podía interesarle 80 Idéntica actitud adoptaría la Gran Prensa en ocasión de los asesinatos de los líderes nacionalistas ucranianos Petliura y Konovaletz. Ni un sólo periódico mencionó que los asesinos, Schwartzbart y Wallach, eran judíos. Petliura y Konovaletz eran pro-alemanes. 64