― ni un solo japonés fue realmente acusado de un caso probado de sabotaje o espionaje ‖. Al contrario, miles de judíos de Europa entera fueron parte, como reconocen todos los historiadores y pregonan con orgullo los judíos, de los grupos de resistencia. Y habían cometido innumerables delitos tipificados, como asesinato, incendio, robo y destrucción. Años antes de que los alemanes iniciaran los internamientos en los campos de concentración.
En verdad, las leyes alemanas sólo pueden ser consideradas discriminatorias si se considera a los judíos alemanes como ciudadanos del Tercer Reich; no pueden, aún, ser calificadas como tales si se les observa como extranjeros. En ningún país del mundo pueden los extranjeros ocupar cargos públicos. Determinadas profesiones les están vetadas y otras limitadas. Igualmente, no podemos olvidar que esa ideología según la cual los judíos no eran alemanes no era únicamente sustentada por los nazis, sino que de la misma participaban los propios judíos, tanto de Alemania como de cualquier otro país. El doble juego judío: exigir todos los derechos de los ciudadanos de un país; pero, sin dar nada a cambio ni participar en las obligaciones de los mismos, ha sido una constante judaica en todos los tiempos. A esta actitud, se han opuesto, como vimos, con frases contundentes grandes hombres de todas las épocas y de todas las naciones … Incluso en el Evangelio de San Juan vimos la censura de Jesucristo contra los fariseos- los sionistas de la época- de una rudeza que no superó jamás ni siquiera el mismo Doctor Goebbels.
Enunciemos la cuestión de otra forma: Los judíos siempre han demandado los derechos de ciudadanía para obtener todo lo que de ello se deriva. Para gozar de la protección de las instituciones públicas con el propósito de despojar al pueblo que les ha dado hospitalidad, refugio, seguridad. Pero al mismo tiempo manifestando su lealtad a otra nación, a otra bandera, a otra organización, a otros líderes internacionales, al Sionismo. Formando un estado dentro del estado. Veamos algunos ejemplos: Chaim Weizmann, comunista nacido en Rusia, que llegaría a ser el primer Presidente del Estado de Israel, escribió:
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