JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA A ALEMANIA JUDÍOS DECLARAN LA GUERRA CONTRA ALEMANIA | Page 246
particular, los alemanes y sus aliados. Sobre todo, para quien no
padezca de memoria taponada y para quien persevere por conocer la
verdadera historia de la Segunda Guerra Mundial, los sufrimientos de los
alemanes y sus aliados durante la guerra y después de la guerra fueron,
infinitamente superiores cuantitativo como cualitativamente, que la de los
judíos y de los vencedores, sobre todo en lo relativo a los destierros. Por
que sólo a quien tiene patria se lo destierra, no a los apátridas.
16. Es una impostura que - como algunos afirmaron - haya habido orden
alguna de Adolf Hitler o de alguno de sus cercanos colaboradores de
exterminar a los judíos. En el transcurso de la guerra, algunos soldados
y oficiales alemanes fueron ejecutados por sus respectivos tribunales
militares, por haber matado a un solo judío.
17. Es beneficioso para la historia, sobre todo para quitar el veneno a la
humanidad, que los exterminacionistas hayan terminado por reconocer
que no se encuentra ningún rastro de plano, ninguna instrucción, ningún
documento relativo a una política de exterminio físico de los judíos; y,
que asimismo, por fin hayan admitido que no se encuentra vestigio de
presupuesto alguno para atroz empresa - exterminio físico - ni ninguna
entidad responsable de tal política criminal. Y, a la vez, es condenable
que los medios de comunicación sobre todo televisión y cine sigan
creando series documentales y películas sobre hechos reconocidamente
falsos y que lo único que logran es seguir suministrando ponzoña a los
pueblos, a las naciones entre sí.
18. Es positivo que al fin los exterminacionistas hayan aceptado que los
jueces del Proceso de Núremberg (1945-1946) admitieron como
verdaderos hechos que eran pura invención, como el cuento del jabón
fabricado con la grasa de los judíos, el cuento de las pantallas de
lámparas hechas de piel humana, el cuento de los gaseamientos
homicidas de Dachau.
19. También es positivo que los exterminacionistas hayan reconocido por fin
que la confesión del ex comandante, Rudolf Höss, del campo de
Auschwitz de haber gaseado millones de judíos, sólo era el resultado de
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