contra los nazis, en los que se trataba supuestamente de millones de asesinados, se ordenó elaborar tal dictamen.
- Ningún químico, ningún ingeniero, llegó a examinar jamás ni las cámaras de gas de Majdanek y Auschwitz, ni los escombros de las cámaras de gas de Birkenau, antes de que el ingeniero norteamericano especialista en cámaras de gas, Fred Leuchter, viajase en febrero de 1988 con un pequeño equipo a Polonia para escudriñar las cámaras de gas.
- Ninguna autopsia de un prisionero muerto en un KZ dio por resultado: muerto por gas ‖ 247.
Los únicos que se ocuparon de los requisitos técnicos necesarios para el funcionamiento de una cámara de gas, son los revisionistas. Ditlieb Felderer, un sueco descendiente de austriacos y Testigo de Jehová – ya se habló de él en el parágrafo correspondiente- comenzó a ocuparse de los campos de concentración alemanes, investigando la suerte corrida por unos 60.000 correligionarios suyos supuestamente asesinados por los nazis. En el transcurso de varios años de pesquisas, Felderer encontró que los nazis no habían asesinado a 60.000 Testigos de Jehová, sino exactamente a 203. Tomó 30.000 fotografías en el terreno de los « campos de aniquilamiento » y examinó a fondo los hornos crematorios y las“ cámaras de gas”.
― Felderer llegó a la conclusión de que las ― cámaras de gas ‖ nunca jamás hubieran podido funcionar, que los relatos de ― testigos oculares ‖ sobre gaseos no eran más que una tanda interminable de sandeces y que los hornos crematorios no hubieran podido, bajo condición alguna y ni por aproximación, llevar a cabo la tarea atribuida. Como castigo por sus investigaciones, Felderer fue encarcelado y, siguiendo el procedimiento soviético-comunista, sometido por la fuerza a una revisación siquiátrica ‖ 248
247 GRAF Jürgen, El holocausto bajo … Ob. Cit. p. 27 248 Ibíd. p. 28
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