La participación de la mujer siempre fue menor a la del hombre. El francés Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos modernos, se opuso hasta su muerte a la participación de mujeres en los Juegos Olímpicos. Además, siempre tuvieron que ir superando obstáculos y estereotipos; también cómo su participación política.
Para empezar, en el año 776 antes de Cristo, los Juegos Olímpicos se realizaron en Grecia. No dejaban participar a las mujeres de ninguna forma; ni participando en las disciplinas ni como una simple espectadora. En cambio, las mujeres que se encontraban solteras y venían de una buena familia, podían asistir al gran espectáculo.
En el 1900, el rol de las mujeres en los J.J.O.O. cambió drásticamente, a pesar de las incontables quejas de Pierre de Coubertin, el mismísimo creador de las Olimpíadas. Cuando entramos en la historia de los Juegos Olímpicos, se puede mencionar que estos abrieron las puertas a las mujeres en el año 1900. El cambio fue evidente y real, a pesar de que el creador Pierre Coubertin argumentaba que la presencia de la mujer en un estadio resultaba antiestética, poco interesante e incorrecta; que el ganador siempre debía de ser un hombre. Lo único que eran capaces de realizar las mujeres en ese entonces era golf, croquet y tenis; sólo 6 mujeres participaron ese año en los Juegos que se realizaron en París.
Más tarde, en el año 1928, los Juegos Olímpicos se realizaron en Amsterdam. Allí, 300 mujeres deportistas fueron partícipes; un 10% del total de los participantes.
Una persona muy importante para todo este movimiento fue Alice Melliat, fundadora de la Federación de Sociedades Femeninas de Francia y organizadora también de la Federación Internacional Deportiva Femenina. Debido a su disconformidad con la poca participación del sexo femenino en el año 1928, decidió realizar en 1930 (Praga) y 1934 (Londres), los Juegos Mundiales Femeninos.
El crecimiento de la participación de las mujeres en 1976 con un 20%, en 1988 un 25%, y un 35% en los Juegos Olímpicos de Atlanta fue normalizando su presencia.
En el año 2004 (Atenas) 4.329 mujeres, con un 40,7% de la totalidad de mujeres atletas, compitieron y establecieron un récord de participación femenina en las Olimpíadas.
En los Juegos de Londres el 46% de deportistas participantes eran mujeres (4.850), un 4% más que en los anteriores Juegos celebrados en Pekín.
Históricamente, el deporte siempre le perteneció a los hombres. Después de tanto tiempo, la tendencia cambió y las deportistas siguen participando, con mejor preparación cada día, en cada evento Olímpico.
Una de las mujeres más importantes en este hecho histórico fue Larisa Latynina, la rusa con 18 medallas obtenidas entre 1956 y 1964 que pudo demostrarle a Pierre de Coubertin lo equivocado que estaba con el rol que él pensaba que se merecían las mujeres.
En conclusión, la mujer fue logrando un importante papel en los Juegos Olímpicos, brindando excepcionales espectáculos y logrando la admiración y expectación de todo el mundo.
Desde 2004, la comunidad transexual podía participar, siempre y cuando se comprobara el proceso quirúrgico, acompañado de un mínimo de dos años de terapia hormonal, y siendo reconocidos legalmente en su país según el cambio de género.
Una de las características más reconocidas de Río 2016 fue que, por primera vez en la historia, se permitió la participación de atletas transexuales sin la condición de haberse sometido a cirugía de reasignación de sexo.
Participación de la Mujer en los Juegos Olímpicos
Cronología de la participación de la mujer en las olimpíadas
Martina Armani, Jazmín Tischler
y Melina Gimeno (3º año)