HAIFA-ISRAEL , SEIS DE OCTUBRE DE 1973
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Amanece en la fecha del año más esperada para los judíos . Es el Yom Kipur , el Día del Perdón de los pecados , una festividad que , entre sus preceptos , supone el ayuno y la paralización de actividades como conducir , trabajar , ver la televisión e incluso el sexo . Es una jornada de oración , de encuentro familiar donde , con las calles vacías , Israel se detiene para rezar y dar gracias a Dios por ser el pueblo escogido . La víspera , como manda la tradición , el joven capitán de la Fuerza Aérea israelí Yaron Egger cenó en abundancia en casa de sus padres junto al resto de su familia . Una alegre fiesta gastronómica , bajo los mandamientos de la cocina kósher , generosa en viandas para aguantar el ayuno del Yom Kipur , rematada con una sobremesa animada que terminó apresuradamente para que cada uno pudiese regresar a su hogar antes de la medianoche , que es cuando entra en vigor el toque de queda religioso .
En Haifa , los primeros rayos del luminoso sol mediterráneo rompen el sábado de expiación cuando , de repente , suena el teléfono en la casa del militar .
—¿ Capitán Egger ? Debe incorporarse inmediatamente al escuadrón , se ha activado la fase de alarma .